Había una vez una niña que se llamaba Sara y vivía con sus
padres en Brooklyn, un barrio de Nueva York. Su padre es fontanero y su madre
trabaja en un hospital. Cada sábado, la mamá de Sara la acompaña a que le lleve
una tarta de fresa a su abuela Rebeca. A Sara le encantan sus cuentos.
Su tío muere en un accidente de tráfico y sus padres tienen
que ir hasta donde ocurrió el accidente, a Chicago, pero ella se escapa para ir
a la casa de la abuela… y se pierde. Aunque para su sorpresa se encuentra con
Miss Lunátic, una anciana muy respetada. Comienzan a hablar y miran un mapa
para llegar a la Estatua de la Libertad, y le da una moneda que le ayudaría a
llegar.
Entonces conoce a Woolf y empiezan a hablar. Sara le dice que
si quiere un trozo de tarta. A él le gustó tanto que le ofreció un trato: ella
le daba la receta y él la dejaba ir en limusina ella sola.
Conducen hasta llegar allí, pero antes de llegar el chófer no
la deja seguir, y se la llevan a casa de Rebeca. Al fin llegan, y la abuela
está bailando con Woolf. Entonces ella coge y se va en taxi a ver la Estatua de
la Libertad.
Marta González García (2020)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.