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miércoles, 29 de junio de 2011

Los lunares de Renata



Ésta es la historia de una mariquita muy, pero que muy pequeñita, llamada Renata.

Un día, Renata estaba paseando, cuando de repente una nube negra y muy grande tapó el sol, y se puso a llover, y el viento no paraba de soplar. Renata, con el miedo que tenía, se puso bajo una flor, pero al rato se mojó y perdió sus siete lunares, negros, redondos y brillantes. Pero se puso a volar y al rato se posó en una violeta y, con un poema, le explicó lo que le pasaba:


"Se puso a llover a mares,

caía el agua tan fuerte

que tuve tan mala suerte

que me quedé sin lunares".


Y la violeta, conmovida, le dio un poco de su color violeta para que se hiciese un lunar.

Se iba pasando varias veces y contando su historia a las plantas, que le iban dando sus colores:el arándano le dio su color añil; la zarzamora, el azul; la manzana, el verde; el limón, el amarillo; y la naranja, el naranja.

Pero cuando iba a echar a volar comenzó a llover de nuevo y la naranja Clementina le dijo a Renata: "Ve por encima de la nube; no te mojarás y el sol secará tus lunares".

Renata le hizo caso y cuando bajó vio un arcoiris que ella misma había formado con sus colores.


Lidia García Soler (2º ESO B. 2011)

martes, 3 de mayo de 2011

Como agua para chocolate





Es la historia de Tita, la hija menor de Mamá Elena, que está enamorada de Pedro. Pero por una tradición de su familia está obligada a permanecer soltera hasta el día en que su madre muera. Su madre obligó a Pedro a casarse con Rosaura, una de las hermanas de Tita.

En cuanto a la hermana mayor de Tita, Gertrudis, un bandido llamado Juan se la llevó lejos, a un burdel.

Cuando la madre de Tita murió vinieron a su entierro Pedro y Rosaura.

Un día, Tita dejó de ser virgen, y se terminará casando con Pedro.

Cuando Esperanza, la segunda hija de Rosaura y Pedro, se casó, esa misma noche Pedro y Tita murieron. Y cuando Esperanza volvió al rancho, todo había quedado reducido a cenizas.


Lidia García Soler (2º ESO B. 2011)

lunes, 17 de enero de 2011

Cuentos deliciosos


A mí me ha encantado este libro por lo diferentes que son las historias que cuenta.

Hay una de secuestros, como la de Torta de lata.

Hay otra sobre una pareja que se había comprado una casa y que todas las noches, a las tres y media, les despertaba el mismo sueño: se les aparecía una mujer de aspecto moro. Es una de las historias que más me ha gustado y se titula Arnadí.

También hay una de un hombre que se encuentra a un perro e intenta darle de comer. Pero el animal se negaba. Un día se fue a la panadería con el perro a comprar miguelillos. Cuando llegó acababan de salir del horno y cogió un trocito para probarlos, pero se le cayó al suelo. Antes de que pudiera agacharse el perro lo devoró. Desde ese instante, el animal no come otra cosa. El cuento se llama Miguelillos.

Otra historia va sobre una panadería que era la tapadera de un estafador, que escondía un buen montón de billetes. Un día mandó a un joven que trabajaba en la panadería a que bajase al sótano a coger un lebrillo amarillo. Tardó mucho en encontrarlo, porque estaba detrás de unos pósters de toreros, en una esquina. Y cuando iba a cogerlo se dio cuenta de que en la pared había un azulejo suelto. Intentó ponerlo bien pero se cayó del todo. En el agujero descubrió los billetes y, al día siguiente, se llevó un saco, lo cargó con el dinero y se fue para siempre. Esta historia se titula Sequillos.

Hay bastantes historias más, aunque el libro sólo tiene sesenta y seis páginas. Es un libro muy interesante. Los relatos son cortos y te entretienes leyéndolos.

En resumen, un libro muy bueno, donde cada historia es más interesante que la anterior.


Lidia García Soler (2º ESO B. 2011)