Liz tenía
cuarenta años cuando nació Annie y fue una sorpresa para ellos. Ella y John lo
habían intentado durante años. Su otro hijo Tommy tenía diez años, era un niño
estupendo. Cuando Annie nació, Liz dejó su trabajo en una escuela. John tenía
el mayor negocio de venta de frutas y se ganaba bien la vida. Annie tenía cinco
años, siempre estaba deseando que llegara su hermano del colegio para jugar con
él.
Era Navidad, un
día la niña tenía fiebre, estaba nevando y había bajas temperaturas. Liz llamó
al médico, y éste le dijo que era un enfriamiento y que por la mañana pasaría a
verla. Al día siguiente, la niña estaba peor: tenía manchas por todo el cuerpo.
La trasladaron al hospital y dos días después Annie murió.
Los padres
estaban muy tristes y Tommy se sentía destrozado. Pasaron seis años, y un día
Tommy fue a una cafetería a cenar y allí
conoció a Maribeth una chica muy guapa de dieciséis años, que trabajaba allí,
establecieron una conversación y pronto se hicieron buenos amigos. La chica no
quería contarle su secreto, hasta que un día se fueron a pescar y se bañaron en
el río. Allí Tommy se dio cuenta de que Maribeth estaba embarazada y sus padres
la habían echado de casa, le dijeron que hasta que no tuviera el niño y lo
diera en adopción no la aceptarían.
Los jóvenes se
habían enamorado y a Tommy no le importaba casarse con ella y quedarse con el
niño. Ella quería estudiar una carrera, pero su padre no pensaba lo mismo,
decía que solo los chicos podían ir a la universidad. Cuando ya estaba
embarazada de ocho meses, Tommy la llevó
a su casa para que conociera a sus padres. Liz y John pronto se dieron cuenta
de que era muy buena chica, ella le dijo a Liz que quería dar el niño en
adopción y que por favor se lo quedara, Liz no se lo pensó dos veces. Había
muerto su niña con solo cinco años y quedarse con el niño le devolvería la
alegría de vivir. Pensó que era el mejor regalo que podían hacerle.
Marina López Campos (2º Bach F) (2014)
