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lunes, 6 de febrero de 2023

Paulina

 


La historia comienza con Paulina, una niña huérfana y enferma a la que mandaron con su tía Susana (que era una mujer muy estricta) a la ciudad, cuando tuvo la edad de comenzar a estudiar, para que pudiera hacerlo en la ciudad. Esta volverá a las montañas con diez años a casa de sus abuelos. Con un recuerdo borroso de la casa ya que no iba desde los cuatro años.

Cuando viva con sus abuelos conocerá a Nin, un niño que era ciego, hijo de uno de los aparceros del abuelo de Paulina, y que a lo largo de la historia se irán conociendo y haciéndose amigos entablando una duradera amistad.

Paulina siempre había estado con Susana desde que tenía prácticamente memoria, y sabía que, al volver a casa de sus abuelos, con el tiempo, Susana se volvería a la ciudad. Pero por un motivo que se descubrirá a lo largo del libro eso hacía que le hiciera más ilusión esta nueva vida que iba a vivir.

En casa de sus abuelos Paulina no irá al colegio debido a la enfermedad, pero aprenderá muchas lecciones muy importantes que no habría encontrado de ninguna otra manera, con la ayuda de su nuevo amigo Nin.

Ella se dará cuenta de que su aspecto físico no importaba nada comparándolo con otros niños que no podían estudiar, ni tenían juguetes, ni libros. Y niños que desde muy pequeños trabajaban y vivían como hombres y mujeres adultos, con muchas responsabilidades. Y también se dará cuenta de lo privilegiada que es gracias a la relación que establecerá con los criados y los aparceros de sus abuelos.

Por primera vez en su vida sentirá la satisfacción de ser útil y capaz de hacer algo y que la valoren por ello. Ya que es su pasado se descubrirá que no lo había pasado muy bien.

A Paulina la enviaron a las montañas para recuperarse de su enfermedad y crecer allí. Y al final, aparte de crecer se dará cuenta del valor de muchas cosas más y lo rápido que pasa el tiempo allí.

 

En general el libro no me ha disgustado tanto como me esperaba, ya que no es el tipo de libro que suelo leer. Me ha gustado la historia, es bonita y entretiene, que al final es la finalidad del libro. Lo recomendaría sobre todo para la gente que le gusta este tipo de libros, una historia enternecedora sobre cómo Paulina y Nin se conocen y establecen una amistad muy bonita en la que los dos se ayudan bastante mutuamente. En conclusión, no me lo volvería a leer porque no es de mi estilo, pero para quien le guste un libro así se lo recomiendo.

 

Pablo Martínez Pérez (2023)

martes, 31 de enero de 2023

Aranmanoth

 


Orso desde pequeño escuchaba susurros, voces colándose en el silencio y, por un tiempo, desde la muerte de su madre, estas se habían esfumado, pero no por mucho, volviendo a reavivar su curiosidad por ellas. Esto había ocurrido tras su partida para ser caballero y tras años entrenando, a sus dieciséis años y ya nombrado como tal, había sido llamado de vuelta a casa por la grave enfermedad de su padre. Él, resignado por su deber de ocupar el puesto de futuro señor de los dominios tuvo que abandonar el castillo del Conde donde había formado amistades y pasado tan buenos tiempo, para volver. Ahí, en su travesía de vuelta, una luz le cegó y volvió a escuchar aquellas voces, femeninas y de su propia persona, como si habladurías del futuro cruzarán su camino.

Y después de tanto tiempo, se dejó ir, corriendo hacia el bosque y cayendo a las manos de la naturaleza y de esas voces tan familiares. En ese momento, mientras se convertía en uno con la naturaleza y sentía esa felicidad que no le había visitado desde hace tanto tiempo, un hada apareció del manantial con el rumor del agua, capturando toda su atención y todo de él. Así como el hada se mostró ante él, también se fue tan repentinamente como vino, no sin antes darle una loriga mágica para su protección ya que el encuentro de ambos le ponía en peligro por el niño mágico que estaba por venir. Regresó a sus tierras, recuerdos colisionando contra otros, y volvió a ver a su padre. Ahora viejo y demacrado, proclamándole señor de las tierras antes de morir. 

Orso era ahora señor de las tierras de Lines, y con esto vino su peso. El brillo tan característico que un día le había dado vida, se había esfumado, apenas con vida para dejar paso a una personalidad ruda, silenciosa e introvertida. 

Todo prosiguió así, su alma tornándose oscura, su ambición esfumándose a la par que su chispa. Hasta que un día, volvió ese sonido, ese rumor del agua y una voz le llamó a su deber, cuidar al hijo que había sido fruto de aquel encuentro. Aranmanoth. Al principio negándolo y gritando a los cuatro vientos, pero al final, su hijo, Aranmanoth. Su única descendencia, así que dejó todo a su nombre, su hijo de cabellos rubios como trigo, su heredero. Y con todo esto pasando, el conde seguía y aumentaba sus encargos a Orso, quien se había convertido casi en su mano derecha. Un día, lo apartó de la multitud para comunicarle su deseo, que se casará, que tuviera hijos, y así le ofrecería un feudo. Este se negó, respondiendo que no estaba interesado en ninguna mujer en el momento pero que lo intentaría para complacerle. 

Así fue, como el conde concertó su matrimonio, su esposa siendo una niña de nueve años proveniente del sur. Dejo a ahora quién se llama Windumanoth a manos y cuidados de su hijo, y el temor con el que vino fue lentamente desapareciendo. Ambos se hicieron muy amigos, la promesa de Aranmanoth de ser su guardián y el encargo de su padre al irse con el conde de protegerla y cuidarla hasta que volviera. Y así pasaron los años, los niños siendo su única compañía y persona en la que apoyarse. Ambos crecieron sin darse cuenta y cuando quisieron, sentimientos habían ido al compás y habían dado paso al amor. Un sentimiento complicado e inexplicable, y se complicó aún más a la llegada de Orso. Y así fue como ambos se fueron en busca del sur, hogar de Windumanoth. Buscaron a las hermanas de ellas también, aunque no fueron de mucha ayuda menos la segunda, quien los ayudo. En su travesía se encontraron con destrozos y horrores de la mano del conde. 

El mismo quien había insistido a Orso, que le diera caza por su ultraje a los dos amados y así fue como, de regreso a casa, mientras eran perseguidos, los encontraron en el bosque, cerca del manantial donde todo había empezado. Y allí, los amados fueron sorprendidos por sus perseguidores dándoles muerte. Ambos murieron, pero la leyenda de Aranmanoth y sus cabellos de espigas rubias siempre perdurará como el amor entre los dos. 

Este es un libro que, siendo sincera, me ha costado engancharme a su historia. Para los amantes de la ficción y de la fantasía puede ser una gran lectura, no es ni muy largo ni muy corto, pero si no te engancha desde el principio puede que sea alto pesado, como me pasó a mí. Me ha gustado mucho el personaje de Lie, o Windumanoth desde que apareció. El final me ha parecido muy bueno porque me gustan los finales, de una manera, trágicos y si te llama, ¡te recomiendo darle una oportunidad!

 

Rocío Hernández García (2023)