En
este libro se recogen varios relatos que te pondrán la piel de gallina, haré un
breve resumen de cada uno, para que conozcas la gran variedad de historias.
El
tatuaje
Drioli,
trabajando haciendo tatuajes a los marineros, vivía junto a su esposa y junto a
un joven que se había ganado su afecto nada más conocerlo, él lo llamaba
calmucho; tras haber tenido un día excelente no se le ocurre nada mejor que
invitar a su mujer y a su amigo a beber. Estando ya ebrios, Drioli le propone a
su amigo que le tatúe un cuadro en su espalda, ya que adora todas y cada una de
sus pinturas, y su amigo queda tan contento con la obra en la espalda de Drioli
que lo firma para que todo el mundo sepa que fue él quien lo pinto. Años
después, tras la Segunda Guerra Mundial, Drioli había perdido su trabajo y a su
mujer; apenas le quedan ilusiones. Pero algo le hace detenerse delante de una
exposición de arte donde justo reconoce la firma de uno de los cuadros pues
llevaba la misma firma en la espalda; intenta entrar en la galería para
contemplar con sus ojos las pinturas, pero intentan echarlo por las formas de
vestir que luce; hasta que exclama y demuestra que él también tiene un cuadro
de ese pintor. Rápidamente le ofrecen ofertas de todo tipo por el cuadro, y se
decanta al final por un señor que dice ser el dueño de un hotel y que lo
tratara como si fuera un rey. Meses después apareció ese cuadro en una venta de
arte, y el señor que lo presentó no era dueño de un hotel como le había dicho
al viejo Drioli.
Cordero
asado
Mary
Maloney siempre había adorado a su marido, Patrick Maloney era un alto cargo de
la policía que siempre había sido un bien marido. Pero todo cambia un jueves,
cuando tras volver de trabajar Patrick le cuenta tal noticia que deja en shock
a su esposa, antes de que pueda saber que está haciendo Mary ha sido a la
despensa y con la excusa de ir a preparar la cena ha agarrado una pierna de
cordero congelada. Es con esa misma pierna de cordero con la cual mata a su
marido, al ser la esposa de un policía sabe el procedimiento y su mente
funciona a toda velocidad: mete la pierna en el horno y se marcha a la tienda
de Sam, para tener una coartada. Al volver a su casa, actúa con el papel de
esposa aterrada tras encontrar el cadáver de su marido y llama a la policía;
tras no encontrar ninguna pista, Mary les pide a los amigos de su exmarido que
cenen la comida que iba a ser para él.
La
máquina del sonido
Klausner
siempre había estado obsesionado con el sonido, esa peculiar obsesión le había
hecho crear una máquina que le permitiese oír sonido muy por encima de lo
normal para las personas, esa misma historia le cuenta a su médico que se
marcha sin darle más importancia que la de un hombre loco. Esa misma tarde
Klausner hace la primera prueba y escucha asombrado como unas rosas gritan
mientras su vecina las corta. Pero para llevar el experimento más lejos, a la
mañana siguiente decide ir al parque para comprobar si los demás tipos de
plantas también gritan: da un hachazo a un gran árbol del parque; sorprendido
por su grito despierta al médico para que también lo escuche. Consigue
despertar al médico y convencerlo para que vaya allí; le obliga a ponerse los
auriculares y vuelve a golpear el árbol, mas antes de que pueda escuchar nada,
corre para salvar de su vida de una gran rama que ha caído del árbol rompiendo
la máquina. El médico observa como Klausner termina de volverse loco, pidiendo
cosas tan raras como coser la corteza de un árbol o curarle los hachazos con
desinfectante.
Un
cuento africano
Este
relato lo escribió un piloto unas semanas antes de morir, tras haber
estado dos noches junto con un viejo al que había conocido por culpa de un
fallo técnico en su avión. La historia empieza cuando el viejo escucho como
Judson mataba a su perro blanco con la excusa de que hacía demasiado ruido. El
viejo a la mañana siguiente le mando al joven que sacara leche de su vaca negra,
pero se da cuenta de que la vaca no tiene leche, esta situación se repite
durante varios días hasta que el viejo decide aguantar toda la noche despierto para
pillar al ladrón. Espera tosa la noche, hasta que casi en el amanecer observa
como una mamba se acerca a su vaca y bebe su leche. Tras dos días más
observando a la mamba e noche, el viejo le pide a Judson que le ayude a pillar
al ladrón y para ello deberá de noche acostarse al lado de la vaca y cuando el
ladrón llegue se enfrentara a él.
Esa
misma noche, el viejo observa como la mamba se va a acercando a la vaca; en ese
momento alerta a Judson que se levanta corriendo para enfrentarse al ladrón,
pero no esperaba encontrarse con la serpiente quien rápida se lanza a morderle
y trasmitirle su veneno. La mamba y el viejo se reparten la leche de la vaca,
ahora que Judson no beberá más.
Galloping
Foxley
Para
Perkins su viaje en tren hasta su trabajo había sido siempre un ritual que
compartía con sus compañeros de vagón. Pero todo cambia cuando un nuevo
individuo irrumpe en su calma y se sienta en frente suya en el vagón. Aquel
desconocido le suena familiar y no es hasta pasado unos días cuando recuerda
quién es: Foxley. El prefecto de su colegio cuando era un niño, que le
hizo plantearse la idea del suicidio y que arremetía contra el dándole con su
bastón. Cuando el final del trayecto se acerca, Perkins decide encararle por
todo lo ocurrido años atrás pero cuando se presenta el hombre, descubre que
no es el hombre que le maltrató.
El
deseo
A
un niño le prometen sus padres que si cruza todo el vestíbulo pisando solo
las franjas naranjas le regalaran un perrito. Por ello un día el niño se
propone conseguirlo un día antes de su cumpleaños, las franjas rojas le han
dicho que queman, las negras son serpientes y las naranjas, son las únicas que
puede pisar. Con gran cuidado consigue llegar hasta la mitad, pero durante uno
de los saltos pierde el equilibrio y cae en las franjas negras, hundiéndose en
las serpientes.
El
cirujano
El
doctor Sandy recibe como recompensa por salvar a un príncipe de Arabia Saudí un
diamante valorado en medio millón de libras, precio que se encarga de
confirmarle Harry Gold. Cuando se lo cuenta su mujer, no pueden hacer otra cosa
que pensar que harían con el dinero y empezar a ilusionarse, pero han quedado
con unos amigos para pasar el finde y no saben qué hacer con el diamante: ¿se
lo llevan en el bolsillo durante el finde o lo esconden por dentro de su casa?
La esposa del señor Sandy tiene una brillante idea: tal es el brillo del
diamante que deciden congelarlo para que parezca un trozo de hielo y dejarlo en
el congelador, era una idea brillante mas no se esperaban que al volver de su
finde su casa hubiera sido allanada y no hubiera ni rastro del
diamante.
Por
otro lado, está el doctor Haddock que no podía imaginarse que el objeto que
acababa de sacarle del intestino a un joven era ni más ni menos que un
diamante, junto con la enfermera deciden ir a la joyería del señor Gold para
tasar el valor del diamante. Cuando Gold reconoce el diamante llama
inmediatamente a Robert Sandy para que venga con la policía a recuperar su
diamante. Por suerte ambos hombres entienden lo ocurrido al final y como acabo
el diamante en el cuerpo de un hombre: cuando entraron en la casa de los Sandy,
uno de los allanadores se tomó un vaso de alguna bebida alcohólica y le
añadiría un trozo de hielo sin saber que dentro estaba el diamante, cuando el
hielo se derritió el diamante se quedó clavado en su intestino. Llevando al
ladrón al hospital donde el doctor Haddock había sacado el diamante.
Apuestas
El
señor Botibol está ansioso por jugar las apuestas del barco y llevarse una
fortuna para impresionar a Ethel, por ello decide arriesgarse con el número más
bajo ya que piensa que el barco se retrasará debido a la mala mar. A la mañana
siguiente se ha cuenta de que es justo lo contrario y perderá una fortuna sino
consigue retrasar el barco, William tiene la arriesgada idea de tirarse por la
borda y esperar a que vayan a salvarlo. Por ello se encamina a la borda y tras
hablar con una señorita y comprobar que ya tiene una testigo que dé la voz de
alarma, salta al agua. La señorita observa todo más piensa que son alucinaciones
y se marcha con su compañera de vuelta al barco sin avisar a nadie. Dejado al
señor William Botibol en mitad del océano…
El
campeón del mundo
Claud
había aprendido de su padre cómo cazar faisanes de manera ilegal desde que era
niño, con maneras tan peculiares como meterle a una pesa pelo de caballo. Dos
días antes de que empiece la temporada de caza, decide decirle a su compañero
de trabajo, Gordon, que le ayude a cazar tantos faisanes como pueda antes de
que empiece la temporada. A Gordon se le ocurre la brillante idea de añadirle a
las pasas un poco de sus pastillas para dormir, consiguen inclinarse en el
bosque de la hacienda y darles los somníferos a las aves, sin que ningún
guardia los vea. Por la noche, ambos compañeros observan como poco a poco los
faisanes caen de los árboles; es la primera vez que Claud consigue tantos,
ciento veinte faisanes, con ayuda de un conductor de taxi amigo consiguen
librarse de los faisanes dejándoselos en casa de Bessie, la mujer del
reverendo. A la mañana siguiente, lo normal era que Bessie les hubiera
entregado los faisanes escondidos dentro del carrito de su hijo, pero
imagínense la sorpresa cuando las aves empiezan a despertarse y a salir en
tropel del carrito, en mitad de la gasolinera de los protagonistas, y si eso
fuese poco, pasa por delante el dueño de la hacienda donde han robado los
faisanes.
Cuidado
con el perro
Un
pilo de la armada británica vuela devuelta a casa lo más rápido posible para
que le den atención médica, un proyectil le ha amputado la pierna, pero antes
de que llegue a su país se da cuenta de que está perdiendo el conocimiento y
decide saltar de su Spitfire. Despierta en un hospital, cuando le pregunta a la
enfermera le contesta que están en un pequeño pueblo del sur de Inglaterra,
pero durante el día escucha un Ju-88, un bombardero alemán. Ante la negativa de
la enfermera aguanta todo el día y por la noche consigue acercarse a la
ventana; lo que observa lo deja helado: un cartel en francés, está en Francia y
lo han descubierto. A la mañana siguiente aparece un señor que afirma ser el Teniente
Coronel de Aviación, ante sus preguntas el polo contesta con su nombre, su
rango y su número de identificación tal y como le enseñaron en caso de que lo
atrapasen.
Mi
querida esposa
Arthur
adora a su esposa, mas le cansa la forma en que no deja de discutir por la cosa
más insignificante. Antes de que lleguen unos invitados a su casa, Pamela le
pide a su marido que ponga en la habitación de los invitados un micrófono para
escuchar lo que dicen. Durante la visita, Arthur piensa que su esposa se
ha equivocado sobre esas personas, charlan, cenan y juegan al bridge, ambas
parejas son buenas muy buenas por poco les ganan cuando la señora Snape falló
una carta. Se despiden y se marchan a dormir, pero en realidad escuchan como el
señor Snape regaña a su mujer por la equivocación y la obliga a recitarle todas
las jugadas de cabeza; Arthur se da cuenta del truco y al contárselo a su
mujer, ella insiste en que ellos también lo aprendan.
Los
relatos son muy cortitos y muy variados. Creo que mi historia favorita fue la
de Galloping Foxley, porque me hubiera gustado saber cómo
continúa la historia y haber leído más de ella; otro relato que me ha puesto
los pelos de punta fue el del Deseo. En la antología no solo
hay historias de miedo, sino otras muy divertidas como El cirujano o
El campeón del mundo. En conclusión, me ha gustado mucho la antología
de cuentos; hay historias de terror y otras con un toque humorístico que las
hace muy divertidas.
Lucía
Gadea Monreal (2023)