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jueves, 29 de diciembre de 2016

Deja en paz a los muertos



Esta novela trata sobre un chico de 16 años llamado Daniel Villena, que va con su familia a pasar el verano a una ciudad costera llamada Gélver, situada cerca de Almería. Al llegar a la ciudad conocen al alcalde de la misma y éste les presenta a su hijo Gaspar, el cual forma parte de un grupo de chicos y chicas al que más tarde se une Daniel.
Desde su llegada al pueblo tiene unas extrañas pesadillas y le parece comunicarse con un chico que se le aparece alguna vez estando solo. Tras estar una tarde con sus amigos descubre que un hombre llamado Ricardo y su hijo, Ángel, habían desaparecido hacía tiempo en medio del mar tras irse de pesca por lo que Daniel deduce que ese chico que se le aparece en pesadillas y también fuera de ellas debe ser el chico desaparecido, Ángel Rosé, que intenta comunicarse con él para resolver el misterio de su desaparición.
Daniel se hace muy amigo de una de las chicas del grupo, llamada Alicia, y entre los dos deciden resolver el extraño misterio que envuelve al pueblo desde hace meses.
Es un libro que me ha encantado. Mi nota es un 9/10 porque le ha faltado, en mi opinión un poco más de profundidad en los amigos del grupo o en la propia Alicia, pero aun así lo recomiendo mucho.


Iván García Martínez (1º bachillerato B) (2016)

lunes, 17 de enero de 2011

Cuentos deliciosos


A mí me ha encantado este libro por lo diferentes que son las historias que cuenta.

Hay una de secuestros, como la de Torta de lata.

Hay otra sobre una pareja que se había comprado una casa y que todas las noches, a las tres y media, les despertaba el mismo sueño: se les aparecía una mujer de aspecto moro. Es una de las historias que más me ha gustado y se titula Arnadí.

También hay una de un hombre que se encuentra a un perro e intenta darle de comer. Pero el animal se negaba. Un día se fue a la panadería con el perro a comprar miguelillos. Cuando llegó acababan de salir del horno y cogió un trocito para probarlos, pero se le cayó al suelo. Antes de que pudiera agacharse el perro lo devoró. Desde ese instante, el animal no come otra cosa. El cuento se llama Miguelillos.

Otra historia va sobre una panadería que era la tapadera de un estafador, que escondía un buen montón de billetes. Un día mandó a un joven que trabajaba en la panadería a que bajase al sótano a coger un lebrillo amarillo. Tardó mucho en encontrarlo, porque estaba detrás de unos pósters de toreros, en una esquina. Y cuando iba a cogerlo se dio cuenta de que en la pared había un azulejo suelto. Intentó ponerlo bien pero se cayó del todo. En el agujero descubrió los billetes y, al día siguiente, se llevó un saco, lo cargó con el dinero y se fue para siempre. Esta historia se titula Sequillos.

Hay bastantes historias más, aunque el libro sólo tiene sesenta y seis páginas. Es un libro muy interesante. Los relatos son cortos y te entretienes leyéndolos.

En resumen, un libro muy bueno, donde cada historia es más interesante que la anterior.


Lidia García Soler (2º ESO B. 2011)