Mostrando entradas con la etiqueta Mónica Rodríguez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mónica Rodríguez. Mostrar todas las entradas

lunes, 19 de marzo de 2018

El naranjo que se murió de tristeza




Este libro trata de una niña llamada Alicia, que vive en un pequeño pueblo. En él hay un naranjo en la calle del mediodía. A su tata Josefa le encantaba ese naranjo y de pequeño siempre se subía a él los lunes, que era cuando los presos barrían la plaza. Ella iba a verlos a escondidas. Lucrecia, una amiga, la cubría cuando se iba de las recogidas de naranjas. La razón por la que quería ir era porque uno de los dos presos era su padre; el otro era su tío Abelardo. Habían entrado en la cárcel por expresar sus ideas políticas.
Uno de ellos era muy alegre y el otro siempre estaba con la cabeza abajo. Josefa se convenció de que su padre era el alegre, aunque más tarde se enteró de que era lo contrario. Le costó hacerse a la idea, pero poco a poco lo aceptó.
La tata Josefa le contó esa historia de su vida y la ayudó para que Alicia aceptara la separación de sus padres.

Cristina Rojano Sangucho (3º ESO B) (2018)

martes, 21 de febrero de 2012

Diente de león



Diente de león es un libro en el que Manuel, un anciano que cuida de su nieta Paloma y vive con su hija, descubre algunos sentimientos dentro de él, que no habían salido desde hace muchísimo. Su historia no es una historia cualquiera: pasó muchos malos tragos y nunca había contado nada de esto, hasta que conoció a Nicolasa, una pobre anciana que residía en el hospital desde hace bastante; y sin ninguna esperanza los médicos hacen un último esfuerzo. Sin embargo, Nicolasa se empieza a recuperar gracias a la compañía de Manuel que haba ido allí sin saber por qué y le había contado toda su historia a Nicolasa.

Este libro me ha gustado en cierto modo por los sentimientos que se expresan. Hay que tener en cuenta que Manuel es un simple anciano que se dejó caer por un hospital sin saber muy bien por qué. Simplemente me ha gustado y lo recomiendo a todos.


Irene Lozano Contreras (2º ESO A. 2012)

lunes, 3 de octubre de 2011

La bicicleta de Selva



Un chico cuenta la historia de cuando era pequeño y conoció a una chica llamada Selva. Ella vivía en un lugar con lianas y animales salvajes. Era negra y alegre, tenía los ojos que parecían el mar y en ella habitaba el desierto (eso decía él).

La primera impresión que le dio fue de admirarla o de reírse al decir que su nombre era Selva, y él eligió lo primero.

Cuenta que un día Selva apareció con una bicicleta en muy mal estado. A todos les gustaba más la bicicleta de Selva porque tenía una historia. Decía que era la bicicleta de cuando estaban en guerra y lo buscaban por ayudar a unos presos. Allí llevaba las cartas a los ancianos, a la chica más guapa del poblado.

Selva le preguntó si podía pintar una selva con los seis colores que ella había traído. Cuando se puso a pintarla vio que no había verde, pero en vez de coger el suyo lo pintó de otro color y ella se alegró.

Cuando el chico no fue a la casa de su abuelo a darle la merienda, Selva apareció con su bici y se la dejó para que pudiera ir rápido. Como era un sopero vio que había una carta y cuando la leyó vio que iba dirigida a él. Cuando se encontraron le dijo que como su abuelo iba a morir le ayudara, y ellos dos juntos hicieron tres botellas: en dos había poesías (una sobre el cielo y otra sobre la arena) y en la tercera había el sonido de las dunas. Cuando se lo dieron a su abuelo salieron sorprendidos y de la mano. Luego dieron una vuelta en la bicicleta.


Lidia Romero Alcolea (2º ESO B. 2011)