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domingo, 15 de octubre de 2023

Mi amor desgraciado

 


En este libro acompañamos a nuestras protagonistas en su vida.

Cuenta (y vivimos con ellas) diferentes experiencias desde que le conocieron, su vida antes y después de él.

Experimentamos en su propia piel la dependencia, el ansia por aprobación y la perdida de autonomía tras conocerle. Aún más con las ataduras asfixiantes que vienen tras quedarse embarazada y entregarse por completo a algo de lo que no se siente parte y no es más que una mera obligación, un parásito.

Como cuando una mujer se queda embarazada y desde ese punto parece que ya no es persona, ya no es atractiva, solo una máquina para criar hijos, pérdida de toda belleza e individualidad.

Toda su vida habían estado huyendo del dolor. Huyendo del abandono, de ellas mismas.

Hasta que nuestra primera protagonista decide separarse de todo y huye a París, se establece allí intentando desprenderse de todo y aprendiendo a ser si misma de nuevo.

Aunque sus pasados no las deja nunca, es lo que nos cuentan intercalando narraciones de lo que era antes y como es el ahora para ellas, como era de miserable su vida atrapada en casa, añorando algo que no se le era concedido y buscándolo de otras formas.

Allí empieza a interesarse por su vecina Hélène, nuestra otra protagonista, con quien se siente aisladamente conectada de una forma que ni ella misma comprende. Una mujer desaliñada, quien iba por la vida sin alma paseando a sus hijos como si su propia existencia le cansará enormemente como para pensar en ellos siquiera, un fantasma.

Una persona normal en París, o eso pensaba, hasta que una madrugada coches policías y ambulancias rodean su edificio y se descubre que ha matado a sus dos hijos a sangre fría.

Desde ese momento Hélène se vuelve un personaje aún más interesante e importante para nuestra protagonista, quien decide empezar a visitarla a la cárcel.

Con estas visitas se da cuenta de todo el crecimiento que ha conseguido desde que abandonó a su hija, Lucrecia, y como la antigua amargada, odiosa y cubierta de rechazo ha renacido en una persona mejor, más sensible, más libre.

 En este punto de la lectura nos damos cuenta de que en toda la historia hemos estado leyendo dos puntos de vista muy diferentes sin saberlo, la historia de nuestra primera protagonista quien abandona a su familia para irse a París y liberarse de su prisión con éxito, y la de Hélène, quien vive en un constante ciclo de odio, antipatía, y obsesión del cual solo consigue "liberarse" matando a sus hijos para hacer que él siempre la recuerde y quedé marcada de por vida.

Vemos la drástica diferencia entre las dos perspectivas, nuestra primera protagonista habiendo podido volver a quien era ella misma antes de todo, feliz y aceptándose a ella y su pasado, con Hélène, en prisión, llena de indiferencia, crueldad y odio.

 

Este libro me ha gustado mucho, trata temas de los que normalmente no se habla en mis lecturas, es muy interesante ya que te hace pensar y ver otros puntos de vistas que no pensarías por ti solo. Está escritora sabe poner en papel los sentimientos y pensamientos de una forma habilidosa, clara e interesante, lo cual te engancha y te lleva en su camino. Te hace sentir, tener opiniones y hasta desagradar muchas cosas, lo cual creo que es muy importante y que de verdad demuestra que es una lectura muy rica. Los giros al final son previsibles, pero me ha gustado bastante. Es un libro que enriquece mucho por los temas que trata y cómo ve el punto de vista desde diferentes ángulos y lo recomiendo enormemente.

 

Rocío Hernández García (2023)

sábado, 15 de abril de 2023

La ceremonia del adiós

 


Este libro trata sobre el camino de Sartre y Simone. Vemos los acontecimientos desde la perspectiva de Simone quien nos cuenta su vida cotidiana en compañía de Sartre y su principio estado perjudicial desde la apertura.

Sartre es un famoso filósofo que se dedica a escribir, manifestar y defender sus ideales, políticas y personales. Simone, profesora y escritora, conoció a Sartre y se convirtieron en estrechos amigos, compartiendo gran parte del tiempo juntos y aún más en sus últimos años con la decadencia de salud del hombre.

Los problemas de Sartre comienzan a la entrada de la lectura, mostrándonoslo con tendencias de fumar y beber, los cuales empeoran su estado. Y, aunque los especialistas y amigos insisten en que deje esos hábitos, no les hace importancia y continúa. Con el paso de los días y semanas, tiene tantos altibajos como momentos de estabilidad, pero siempre los síntomas vuelven y está constantemente de visitas del médico de confianza.

Uno de las peores cosas que conllevó este empeoramiento de salud fue la pérdida de vista con el tiempo y semi ceguera, causándole muchos sentimientos de infelicidad e inutilidad ya que la lectura y escritura eran importantes pasiones del filósofo. Simone y él eran frecuentes visitantes de restaurantes, de obras de sus intereses y de lugares fuera de su normalidad. Pero con la salud de Sartre, esas visitas fueron poco a poco complicándose, en las cenas con amigos, Sartre, quien solía hablar y expresar sus opiniones con vividez, ahora se mostraba ausente, callado e ido. Esto era depende a su estado, ya que la enfermedad también le hacía tener días donde el habla no era posible y le era muy complicado formar palabra.

Él era un hombre optimista, desde el comienzo de su condición vio y aceptó su presente con resignación y aceptación; Cosa que preocupaba a Simone ya que aquellos días donde él se encontraba peor que de costumbre se mostraba ya perdido y se llamaba a él mismo muerto viviente, porque para él, vivir era una suerte, sí, pero siempre y cuando pudiera trabajar, cosa que últimamente había sido difícil en sus condiciones. Y aunque Simone tratase de ayudarle, escribiendo sus pensamientos y siguiendo sus libros, leyéndole libros de su interés en las tardes como era su costumbre, no parecía ser suficiente.

La mayoría de días se mostraba bien, escondiendo su dolor con esperanza de vivir, mirando al futuro aunque él ya no fuera lo que un día fue, pero al final la realidad siempre golpeaba y volvía la preocupación y el amargo sabor de boca.

Sartre continuó con su vida incluso con su salud yendo abajo en picado, y hasta el final, se podría decir que lo consiguió, con límites, claro está. Sin olvidar los cuidados de Simone y los amigos a su alrededor que se preocupaban por su bienestar.

Sus últimos momentos de vida los pasó rodeados de amigos y cercanos en un hospital cuando Simone lo encontró en su habitación jadeante y con otra «crisis de aerofagia». Allí lo mantuvieron en cama intentando luchar contra la uremia, los delirios eran constantes y, al final, Sartre murió en abril de 1980. Tuvo el entierro deseado, incinerado y sus restos colocados en el cementerio Montparnasse. Su funeral fue atendido por miles de personas, jóvenes que le admiraban y por sus cercanos.

Este libro me ha sido difícil de seguir, ya que todos los datos, nombres y fechas se hacían demasiado estimulantes a momentos, pero al final ha valido la pena llegar al final y ver el transcurso de sus historias. No creo que este sea un libro ligero de leer, por su información y por su tema un tanto pesado, pero en mi opinión es enriquecedor como Simone de Beauvoir, la escritora, narra la muerte y su aproximación.

Y, para terminar esta reseña, os dejo dos frases que me gustaron: “La muerte estaba presente; Sartre le pertenecía” y “Su muerte nos separa. Mi muerte no nos unirá. Así es: ya fue hermoso que nuestras vidas hayan podido estar de acuerdo durante tanto tiempo”.

 

Rocío Hernández (2023)

martes, 31 de enero de 2023

Aranmanoth

 


Orso desde pequeño escuchaba susurros, voces colándose en el silencio y, por un tiempo, desde la muerte de su madre, estas se habían esfumado, pero no por mucho, volviendo a reavivar su curiosidad por ellas. Esto había ocurrido tras su partida para ser caballero y tras años entrenando, a sus dieciséis años y ya nombrado como tal, había sido llamado de vuelta a casa por la grave enfermedad de su padre. Él, resignado por su deber de ocupar el puesto de futuro señor de los dominios tuvo que abandonar el castillo del Conde donde había formado amistades y pasado tan buenos tiempo, para volver. Ahí, en su travesía de vuelta, una luz le cegó y volvió a escuchar aquellas voces, femeninas y de su propia persona, como si habladurías del futuro cruzarán su camino.

Y después de tanto tiempo, se dejó ir, corriendo hacia el bosque y cayendo a las manos de la naturaleza y de esas voces tan familiares. En ese momento, mientras se convertía en uno con la naturaleza y sentía esa felicidad que no le había visitado desde hace tanto tiempo, un hada apareció del manantial con el rumor del agua, capturando toda su atención y todo de él. Así como el hada se mostró ante él, también se fue tan repentinamente como vino, no sin antes darle una loriga mágica para su protección ya que el encuentro de ambos le ponía en peligro por el niño mágico que estaba por venir. Regresó a sus tierras, recuerdos colisionando contra otros, y volvió a ver a su padre. Ahora viejo y demacrado, proclamándole señor de las tierras antes de morir. 

Orso era ahora señor de las tierras de Lines, y con esto vino su peso. El brillo tan característico que un día le había dado vida, se había esfumado, apenas con vida para dejar paso a una personalidad ruda, silenciosa e introvertida. 

Todo prosiguió así, su alma tornándose oscura, su ambición esfumándose a la par que su chispa. Hasta que un día, volvió ese sonido, ese rumor del agua y una voz le llamó a su deber, cuidar al hijo que había sido fruto de aquel encuentro. Aranmanoth. Al principio negándolo y gritando a los cuatro vientos, pero al final, su hijo, Aranmanoth. Su única descendencia, así que dejó todo a su nombre, su hijo de cabellos rubios como trigo, su heredero. Y con todo esto pasando, el conde seguía y aumentaba sus encargos a Orso, quien se había convertido casi en su mano derecha. Un día, lo apartó de la multitud para comunicarle su deseo, que se casará, que tuviera hijos, y así le ofrecería un feudo. Este se negó, respondiendo que no estaba interesado en ninguna mujer en el momento pero que lo intentaría para complacerle. 

Así fue, como el conde concertó su matrimonio, su esposa siendo una niña de nueve años proveniente del sur. Dejo a ahora quién se llama Windumanoth a manos y cuidados de su hijo, y el temor con el que vino fue lentamente desapareciendo. Ambos se hicieron muy amigos, la promesa de Aranmanoth de ser su guardián y el encargo de su padre al irse con el conde de protegerla y cuidarla hasta que volviera. Y así pasaron los años, los niños siendo su única compañía y persona en la que apoyarse. Ambos crecieron sin darse cuenta y cuando quisieron, sentimientos habían ido al compás y habían dado paso al amor. Un sentimiento complicado e inexplicable, y se complicó aún más a la llegada de Orso. Y así fue como ambos se fueron en busca del sur, hogar de Windumanoth. Buscaron a las hermanas de ellas también, aunque no fueron de mucha ayuda menos la segunda, quien los ayudo. En su travesía se encontraron con destrozos y horrores de la mano del conde. 

El mismo quien había insistido a Orso, que le diera caza por su ultraje a los dos amados y así fue como, de regreso a casa, mientras eran perseguidos, los encontraron en el bosque, cerca del manantial donde todo había empezado. Y allí, los amados fueron sorprendidos por sus perseguidores dándoles muerte. Ambos murieron, pero la leyenda de Aranmanoth y sus cabellos de espigas rubias siempre perdurará como el amor entre los dos. 

Este es un libro que, siendo sincera, me ha costado engancharme a su historia. Para los amantes de la ficción y de la fantasía puede ser una gran lectura, no es ni muy largo ni muy corto, pero si no te engancha desde el principio puede que sea alto pesado, como me pasó a mí. Me ha gustado mucho el personaje de Lie, o Windumanoth desde que apareció. El final me ha parecido muy bueno porque me gustan los finales, de una manera, trágicos y si te llama, ¡te recomiendo darle una oportunidad!

 

Rocío Hernández García (2023)

jueves, 5 de enero de 2023

Clementine

 


Clementine Lane siempre se ha sentido como una marginada en mitad de la mar de gente a su alrededor. Intentando formar un hogar en la gente, formar una personalidad que encaje, que no molestará, que fuese fácil de 𝘵𝘰𝘭𝘦𝘳𝘢𝘳. Mark había sido ese escape, por un tiempo, al menos. O eso pensaba. Un veneno que consume y ahoga disfrado de chico de verano del ensueño.

Hasta que vino Blythe, y todo empeoró. Todo era su culpa, todo empezó a torcerse cuando ella apareció, todo lo malo de mi vida sucedía a causa de ella. Había empezado desde que la conoció. O, más bien, desde que había querido besarla. Pero eso era todo una ilusión, el único que la quería era Mark, el único que siempre estaría ahí para ella, que nunca la dejaría. El amor duele, ¿verdad? La voz de su madre retumbaba en su cabeza; Ella era la culpable de todo, ella le estaba mintiendo. Así que, tenía que hacer esfuerzos, aunque no se sintiera bien, aunque su tacto fuese tan diferente al de Blythe. Tenía que 𝘤𝘦𝘥𝘦𝘳. Y por un momento había conseguido alejarse de todo aquel sinsentido, hasta que la realidad volvió y su inconsciente, o consciente, la traicionó haciendo lo último que quería hacer, besar a Blythe.

Ahora su cerebro se había dividido en dos Clementines y por primera vez en su vida, se defendió, se defendió de Mark sin achacarse y se fue. Todos le cerraron la puerta, su madre, él. Su "familia" la rechazó, de nuevo. Se marchó y creyó que se sentiría bien, libre. Pero no, esas voces, esas miradas, esas caras, aunque ya no estuviera en ese castillo con ese dragón que la protegía y no la dejaba respirar, todavía seguía ahí. Así que Blythe la acogió, y le presento a Jay, una futura psicóloga. Al principio no quería ir, solo iba por Blythe, nunca le había gustado ese término, psicólogo. Pero con el tiempo se encontró yendo y yendo, sintiéndose cada vez más libre de sus cadenas y de su forma pequeña, 𝘵𝘰𝘭𝘦𝘳𝘢𝘣𝘭𝘦. Entonces se atrevió, volvió a casa de Mark, y cogió sus cosas, no sé dejo engañar por su falso amor y se fue, de una vez por todas. Cerrando a todas las personas que la habían hecho pequeña, que la habían hecho sentir como algo que era 𝘥𝘪𝘧í𝘤𝘪𝘭 de cuidar.

Ahora era su vida. Una única Clementine, la que se hacía notar, la que no se achacaba para hacer espacio para otros. Clementine quien subrayaba con fosforito su espacio y lo ocupaba con orgullo. Ya no tolerable, pero humana.

 

Este libro me ha encantado, desde principio a final. A momentos era algo agotador porque es inevitable no identificarse de una manera u otra y es chocante ver tus sentimientos escritos tan claramente y verte tan reflejada en la protagonista, pero ha sido muy bonito, es un libro que da que pensar sobre muchos aspectos, y lo recomiendo mucho.

 

Rocío Hernández García (2023)

lunes, 17 de octubre de 2022

Crier's War

 


En un mundo donde los humanos han sido rebajados a ser meros esclavos, tratados como animales y objetos únicamente útiles para las tareas no deseadas bajo el mando de los Autómatas, máquinas perfectas, creadas y dotadas de rasgos cuidadosamente elegidos, encontramos a nuestras protagonistas.

¿Qué haces cuando de un momento a otro pierdes todo lo que creías que duraría para siempre? ¿Tu familia arrebatada ante tus ojos, sin poder hacer nada? A Ayla solo la mantenía una cosa viva después de ese día; una última gota, un último escalofrío de voluntad. Venganza. Estaba dispuesta a hacer pagar a Kinok, el rey, con la misma moneda. Arrebatándole a su querida hija. Crier. Pero cuando una noche se conocen y tiene la oportunidad perfecta de perpetrar su venganza, se encuentra salvándola; y siendo levantada en su sueño, convocada a ser la doncella personal de la princesa.

Ahora sus planes habían cambiado, aunque Ayla no quisiera admitirlo, aquella noche cambiaría la vida de ambas, humana y autónoma, entrelazadas como una telaraña. Ninguna de ellas debería de sentirse así, lo saben, pero aun así no pueden evitarlo. Ahora atrapadas en las paredes de aquellos que les arrebataron todo y la tormenta arrasando su interior, helados hechos saldrán a la luz complicándolo todo y empujándolas más y más hacia el destino que les espera. 

Una guerra está a punto de empezar. 

Crier's War es un libro fantástico, que nos pone en una tesitura de un mundo totalmente diferente al que estamos acostumbrados a vivir, una historia interesante y con giros de acontecimientos que te dejan con ganas de más con cada capítulo que va empezando y con miles de preguntas de cómo finalizará la próxima página.

 

Rocío Hernández García (2022)