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martes, 13 de marzo de 2012

Gaturro y el misterio de las cinco Ágatas




El libro trata de un gato llamado Gaturro, que en la rejilla de la cocina escuchó la voz de su gata, Ágata, que pedía ayuda.


No lo pensó dos veces y bajó por la rejilla para rescatar a su Ágata.


Cuando bajó se encontró con una tortuga llamada Marina, que le ayudó a viajar a la isla para encontrar a su amada Ágata.


Pero primero tiene que encontrar 5 palabras para romper el hechizo que tenía Ágata... porque al final aparecieron 5 Ágatas.


Este libro me ha gustado mucho, porque es muy interesante.



Halima Oulahcen (1º ESO D. 2012)

martes, 17 de mayo de 2011

Gaturro y la mansión del terror



Gaturro es un gato, y sus amigos se reúnen para decidir qué regalo y qué hacer en su cumpleaños, que es al día siguiente. Pero Gaturro estaba allí cerca escuchando lo que decían y, apareciendo de repente, los sorprendió a todos.

Como sus amigos no sabían lo que regalarle ni qué hacer, decidieron preguntarle; y les dijo que quería ir de picnic.

Cuando estaba todo listo salieron de casa y se subieron a un camión. Lo malo es que la rueda pinchó y la de repuesto estaba detrás con un compañero. Antes de irse un amigo tartamudo quería decirles que iba a llover, pero no tuvo momento y se llevó unos impermeables para refugiarse de la lluvia. La rueda estaba en la parte de atrás debajo de un amigo de Gaturro, llamado Gaturlongo. El camionero escuchó el estornudo de Ágata y los vio. Los gatitos tuvieron que irse corriendo bajo la lluvia y delante de la escopeta del camionero.

Lograron ponerse a salvo en una mansión, cuya dueña era Madam Gatterflay. Ella tenía dos gatos que se escaparon y, como no veía bien, pensó que eran Gaturro y Ágata. Pensó también que el resto de gatos eran amigos suyos y que Gaturrín era hijo de los dos (y lo llamó Luis Albertito).

Luego subieron por unas escaleras de caracol que se caían a trozos y cuando llegan a su habitación se desilusionan y se ponen a pensar si estará bien Canturro, ya que se quedó fuera porque Madam Gatterflay no lo dejó entrar por ser un perro.


Si queréis reiros un rato y llorar de emoción o lástima, pero sólo un poco, os recomiendo este libro. Para quienes les gusten las comedias es un libro perfecto. Su letra es fácil de leer y tiene un buen tamaño. Lo que más me ha gustado es la parte en que aparece el fantasma de la cocinera y todos se asustan hasta que después se va. Suponiendo que la historia fuera verdad habría un fallo, porque los fantasmas no pueden entender lo que dicen los gatos. Pero en este libro lo entiende, como si yo te lo estuviera diciendo cara a cara.


Lidia Romero Alcolea (1º ESO B. 2011)