A mí me ha encantado este libro por lo diferentes que son las historias que cuenta.
Hay una de secuestros, como la de Torta de lata.
Hay otra sobre una pareja que se había comprado una casa y que todas las noches, a las tres y media, les despertaba el mismo sueño: se les aparecía una mujer de aspecto moro. Es una de las historias que más me ha gustado y se titula Arnadí.
También hay una de un hombre que se encuentra a un perro e intenta darle de comer. Pero el animal se negaba. Un día se fue a la panadería con el perro a comprar miguelillos. Cuando llegó acababan de salir del horno y cogió un trocito para probarlos, pero se le cayó al suelo. Antes de que pudiera agacharse el perro lo devoró. Desde ese instante, el animal no come otra cosa. El cuento se llama Miguelillos.
Otra historia va sobre una panadería que era la tapadera de un estafador, que escondía un buen montón de billetes. Un día mandó a un joven que trabajaba en la panadería a que bajase al sótano a coger un lebrillo amarillo. Tardó mucho en encontrarlo, porque estaba detrás de unos pósters de toreros, en una esquina. Y cuando iba a cogerlo se dio cuenta de que en la pared había un azulejo suelto. Intentó ponerlo bien pero se cayó del todo. En el agujero descubrió los billetes y, al día siguiente, se llevó un saco, lo cargó con el dinero y se fue para siempre. Esta historia se titula Sequillos.
Hay bastantes historias más, aunque el libro sólo tiene sesenta y seis páginas. Es un libro muy interesante. Los relatos son cortos y te entretienes leyéndolos.
En resumen, un libro muy bueno, donde cada historia es más interesante que la anterior.
Lidia García Soler (2º ESO B. 2011)
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