miércoles, 4 de octubre de 2023

Relatos escalofriantes

 


En este libro se recogen varios relatos que te pondrán la piel de gallina, haré un breve resumen de cada uno, para que conozcas la gran variedad de historias.

 

El tatuaje  

Drioli, trabajando haciendo tatuajes a los marineros, vivía junto a su esposa y junto a un joven que se había ganado su afecto nada más conocerlo, él lo llamaba calmucho; tras haber tenido un día excelente no se le ocurre nada mejor que invitar a su mujer y a su amigo a beber. Estando ya ebrios, Drioli le propone a su amigo que le tatúe un cuadro en su espalda, ya que adora todas y cada una de sus pinturas, y su amigo queda tan contento con la obra en la espalda de Drioli que lo firma para que todo el mundo sepa que fue él quien lo pinto. Años después, tras la Segunda Guerra Mundial, Drioli había perdido su trabajo y a su mujer; apenas le quedan ilusiones. Pero algo le hace detenerse delante de una exposición de arte donde justo reconoce la firma de uno de los cuadros pues llevaba la misma firma en la espalda; intenta entrar en la galería para contemplar con sus ojos las pinturas, pero intentan echarlo por las formas de vestir que luce; hasta que exclama y demuestra que él también tiene un cuadro de ese pintor. Rápidamente le ofrecen ofertas de todo tipo por el cuadro, y se decanta al final por un señor que dice ser el dueño de un hotel y que lo tratara como si fuera un rey. Meses después apareció ese cuadro en una venta de arte, y el señor que lo presentó no era dueño de un hotel como le había dicho al viejo Drioli. 

Cordero asado 

Mary Maloney siempre había adorado a su marido, Patrick Maloney era un alto cargo de la policía que siempre había sido un bien marido. Pero todo cambia un jueves, cuando tras volver de trabajar Patrick le cuenta tal noticia que deja en shock a su esposa, antes de que pueda saber que está haciendo Mary ha sido a la despensa y con la excusa de ir a preparar la cena ha agarrado una pierna de cordero congelada. Es con esa misma pierna de cordero con la cual mata a su marido, al ser la esposa de un policía sabe el procedimiento y su mente funciona a toda velocidad: mete la pierna en el horno y se marcha a la tienda de Sam, para tener una coartada. Al volver a su casa, actúa con el papel de esposa aterrada tras encontrar el cadáver de su marido y llama a la policía; tras no encontrar ninguna pista, Mary les pide a los amigos de su exmarido que cenen la comida que iba a ser para él. 

La máquina del sonido 

Klausner siempre había estado obsesionado con el sonido, esa peculiar obsesión le había hecho crear una máquina que le permitiese oír sonido muy por encima de lo normal para las personas, esa misma historia le cuenta a su médico que se marcha sin darle más importancia que la de un hombre loco. Esa misma tarde Klausner hace la primera prueba y escucha asombrado como unas rosas gritan mientras su vecina las corta. Pero para llevar el experimento más lejos, a la mañana siguiente decide ir al parque para comprobar si los demás tipos de plantas también gritan: da un hachazo a un gran árbol del parque; sorprendido por su grito despierta al médico para que también lo escuche. Consigue despertar al médico y convencerlo para que vaya allí; le obliga a ponerse los auriculares y vuelve a golpear el árbol, mas antes de que pueda escuchar nada, corre para salvar de su vida de una gran rama que ha caído del árbol rompiendo la máquina. El médico observa como Klausner termina de volverse loco, pidiendo cosas tan raras como coser la corteza de un árbol o curarle los hachazos con desinfectante. 

Un cuento africano 

Este relato lo escribió un piloto unas semanas antes de morir, tras haber estado dos noches junto con un viejo al que había conocido por culpa de un fallo técnico en su avión. La historia empieza cuando el viejo escucho como Judson mataba a su perro blanco con la excusa de que hacía demasiado ruido. El viejo a la mañana siguiente le mando al joven que sacara leche de su vaca negra, pero se da cuenta de que la vaca no tiene leche, esta situación se repite durante varios días hasta que el viejo decide aguantar toda la noche despierto para pillar al ladrón. Espera tosa la noche, hasta que casi en el amanecer observa como una mamba se acerca a su vaca y bebe su leche. Tras dos días más observando a la mamba e noche, el viejo le pide a Judson que le ayude a pillar al ladrón y para ello deberá de noche acostarse al lado de la vaca y cuando el ladrón llegue se enfrentara a él.  

Esa misma noche, el viejo observa como la mamba se va a acercando a la vaca; en ese momento alerta a Judson que se levanta corriendo para enfrentarse al ladrón, pero no esperaba encontrarse con la serpiente quien rápida se lanza a morderle y trasmitirle su veneno. La mamba y el viejo se reparten la leche de la vaca, ahora que Judson no beberá más. 

Galloping Foxley

Para Perkins su viaje en tren hasta su trabajo había sido siempre un ritual que compartía con sus compañeros de vagón. Pero todo cambia cuando un nuevo individuo irrumpe en su calma y se sienta en frente suya en el vagón. Aquel desconocido le suena familiar y no es hasta pasado unos días cuando recuerda quién es: Foxley. El prefecto de su colegio cuando era un niño, que le hizo plantearse la idea del suicidio y que arremetía contra el dándole con su bastón. Cuando el final del trayecto se acerca, Perkins decide encararle por todo lo ocurrido años atrás pero cuando se presenta el hombre, descubre que no es el hombre que le maltrató. 

El deseo 

A un niño le prometen sus padres que si cruza todo el vestíbulo pisando solo las franjas naranjas le regalaran un perrito. Por ello un día el niño se propone conseguirlo un día antes de su cumpleaños, las franjas rojas le han dicho que queman, las negras son serpientes y las naranjas, son las únicas que puede pisar. Con gran cuidado consigue llegar hasta la mitad, pero durante uno de los saltos pierde el equilibrio y cae en las franjas negras, hundiéndose en las serpientes. 

El cirujano 

El doctor Sandy recibe como recompensa por salvar a un príncipe de Arabia Saudí un diamante valorado en medio millón de libras, precio que se encarga de confirmarle Harry Gold. Cuando se lo cuenta su mujer, no pueden hacer otra cosa que pensar que harían con el dinero y empezar a ilusionarse, pero han quedado con unos amigos para pasar el finde y no saben qué hacer con el diamante: ¿se lo llevan en el bolsillo durante el finde o lo esconden por dentro de su casa? La esposa del señor Sandy tiene una brillante idea: tal es el brillo del diamante que deciden congelarlo para que parezca un trozo de hielo y dejarlo en el congelador, era una idea brillante mas no se esperaban que al volver de su finde su casa hubiera sido allanada y no hubiera ni rastro del diamante.  

Por otro lado, está el doctor Haddock que no podía imaginarse que el objeto que acababa de sacarle del intestino a un joven era ni más ni menos que un diamante, junto con la enfermera deciden ir a la joyería del señor Gold para tasar el valor del diamante. Cuando Gold reconoce el diamante llama inmediatamente a Robert Sandy para que venga con la policía a recuperar su diamante. Por suerte ambos hombres entienden lo ocurrido al final y como acabo el diamante en el cuerpo de un hombre: cuando entraron en la casa de los Sandy, uno de los allanadores se tomó un vaso de alguna bebida alcohólica y le añadiría un trozo de hielo sin saber que dentro estaba el diamante, cuando el hielo se derritió el diamante se quedó clavado en su intestino. Llevando al ladrón al hospital donde el doctor Haddock había sacado el diamante.

Apuestas 

El señor Botibol está ansioso por jugar las apuestas del barco y llevarse una fortuna para impresionar a Ethel, por ello decide arriesgarse con el número más bajo ya que piensa que el barco se retrasará debido a la mala mar. A la mañana siguiente se ha cuenta de que es justo lo contrario y perderá una fortuna sino consigue retrasar el barco, William tiene la arriesgada idea de tirarse por la borda y esperar a que vayan a salvarlo. Por ello se encamina a la borda y tras hablar con una señorita y comprobar que ya tiene una testigo que dé la voz de alarma, salta al agua. La señorita observa todo más piensa que son alucinaciones y se marcha con su compañera de vuelta al barco sin avisar a nadie. Dejado al señor William Botibol en mitad del océano…

El campeón del mundo 

Claud había aprendido de su padre cómo cazar faisanes de manera ilegal desde que era niño, con maneras tan peculiares como meterle a una pesa pelo de caballo. Dos días antes de que empiece la temporada de caza, decide decirle a su compañero de trabajo, Gordon, que le ayude a cazar tantos faisanes como pueda antes de que empiece la temporada. A Gordon se le ocurre la brillante idea de añadirle a las pasas un poco de sus pastillas para dormir, consiguen inclinarse en el bosque de la hacienda y darles los somníferos a las aves, sin que ningún guardia los vea. Por la noche, ambos compañeros observan como poco a poco los faisanes caen de los árboles; es la primera vez que Claud consigue tantos, ciento veinte faisanes, con ayuda de un conductor de taxi amigo consiguen librarse de los faisanes dejándoselos en casa de Bessie, la mujer del reverendo. A la mañana siguiente, lo normal era que Bessie les hubiera entregado los faisanes escondidos dentro del carrito de su hijo, pero imagínense la sorpresa cuando las aves empiezan a despertarse y a salir en tropel del carrito, en mitad de la gasolinera de los protagonistas, y si eso fuese poco, pasa por delante el dueño de la hacienda donde han robado los faisanes.  

Cuidado con el perro

Un pilo de la armada británica vuela devuelta a casa lo más rápido posible para que le den atención médica, un proyectil le ha amputado la pierna, pero antes de que llegue a su país se da cuenta de que está perdiendo el conocimiento y decide saltar de su Spitfire. Despierta en un hospital, cuando le pregunta a la enfermera le contesta que están en un pequeño pueblo del sur de Inglaterra, pero durante el día escucha un Ju-88, un bombardero alemán. Ante la negativa de la enfermera aguanta todo el día y por la noche consigue acercarse a la ventana; lo que observa lo deja helado: un cartel en francés, está en Francia y lo han descubierto. A la mañana siguiente aparece un señor que afirma ser el Teniente Coronel de Aviación, ante sus preguntas el polo contesta con su nombre, su rango y su número de identificación tal y como le enseñaron en caso de que lo atrapasen. 

Mi querida esposa 

Arthur adora a su esposa, mas le cansa la forma en que no deja de discutir por la cosa más insignificante. Antes de que lleguen unos invitados a su casa, Pamela le pide a su marido que ponga en la habitación de los invitados un micrófono para escuchar lo que dicen. Durante la visita, Arthur piensa que su esposa se ha equivocado sobre esas personas, charlan, cenan y juegan al bridge, ambas parejas son buenas muy buenas por poco les ganan cuando la señora Snape falló una carta. Se despiden y se marchan a dormir, pero en realidad escuchan como el señor Snape regaña a su mujer por la equivocación y la obliga a recitarle todas las jugadas de cabeza; Arthur se da cuenta del truco y al contárselo a su mujer, ella insiste en que ellos también lo aprendan. 

 

Los relatos son muy cortitos y muy variados. Creo que mi historia favorita fue la de Galloping Foxley, porque me hubiera gustado saber cómo continúa la historia y haber leído más de ella; otro relato que me ha puesto los pelos de punta fue el del Deseo. En la antología no solo hay historias de miedo, sino otras muy divertidas como El cirujano o El campeón del mundo. En conclusión, me ha gustado mucho la antología de cuentos; hay historias de terror y otras con un toque humorístico que las hace muy divertidas.

 

Lucía Gadea Monreal (2023)

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