Ésta es la historia de una mariquita muy, pero que muy pequeñita, llamada Renata.
Un día, Renata estaba paseando, cuando de repente una nube negra y muy grande tapó el sol, y se puso a llover, y el viento no paraba de soplar. Renata, con el miedo que tenía, se puso bajo una flor, pero al rato se mojó y perdió sus siete lunares, negros, redondos y brillantes. Pero se puso a volar y al rato se posó en una violeta y, con un poema, le explicó lo que le pasaba:
"Se puso a llover a mares,
caía el agua tan fuerte
que tuve tan mala suerte
que me quedé sin lunares".
Y la violeta, conmovida, le dio un poco de su color violeta para que se hiciese un lunar.
Se iba pasando varias veces y contando su historia a las plantas, que le iban dando sus colores:el arándano le dio su color añil; la zarzamora, el azul; la manzana, el verde; el limón, el amarillo; y la naranja, el naranja.
Pero cuando iba a echar a volar comenzó a llover de nuevo y la naranja Clementina le dijo a Renata: "Ve por encima de la nube; no te mojarás y el sol secará tus lunares".
Renata le hizo caso y cuando bajó vio un arcoiris que ella misma había formado con sus colores.
Lidia García Soler (2º ESO B. 2011)
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