En
este libro de viajes, Cela nos narra el recorrido de un viajero que vive en
Madrid y decide hacer un viaje a Guadalajara, el viajero trae con él una gran
cantidad de instrumentos y equipaje común de un viajante.
En
las primeras páginas nos describe muy detalladamente las calles y caminos de
Madrid que recorre antes de iniciar su viaje.
Una
vez en el ferrocarril de camino a Guadalajara, el viajero se fija en el tipo de
pasajeros que hay y tiene una conversación con otro viajero mientras contemplan
el paso de las ciudades. Al llegar a Guadalajara un chico, llamado Armando,
decide acompañar a nuestro viajero durante un período de su viaje y se dan
cuenta de que las personas con las que tratan y se comunican les tratan como si
los conocieran previamente.
Al
separarse de Armando, el viajero conforme va de pueblo en pueblo va conociendo
a varias personas con las que comparte momentos, carcajadas, trayectos,
anécdotas y sobre todo crea nuevas amistades.
Cela
nos destaca algo de cada pueblo que visita.
En
Taracena donde para a comprar vino “su plazuela tostada al sol”; de Torija,
donde el viajero para a reposar en su parador, destaca su buen castillo; en
Brihuega, donde le llama la atención las escenas pintorescas del pueblo, un
pueblo antiguo con casas bien construidas; Cifuentes, un pueblo hermoso y
alegre; Trillo donde vivía el veterano alpinista Schmidt, la gente es más
agradable que la de las villas del alrededor; Gárgoles, un pueblo de cuevas
como viviendas; La puerta, un pueblo pobre donde solamente el alcalde puede ayudar
al viajero; en Budia, “donde la gente no se acuesta temprano” nuestro viajero
visita al padre de su amigo, que lo acoge en su casa; en Durón le llama la
atención lo simpáticos que son los ciudadanos de este pueblo; Pareja, un pueblo
extremadamente acogedor; Casasana, el pueblo ganadero donde se encuentra la
escuela del viajero; Córcoles, donde están las mejores tierras; Sacedón el
pueblo con más vida social; en Tendilla tuvo la peor experiencia hasta el
momento, donde un perro ataca al viajero; y para terminar, Pastrana, “la ciudad
medieval” que es el pueblo más grande que ha visitado en su viaje.
Sinceramente
no me ha atraído mucho este libro, ya que es el primero que leo de viajes, pero
por lo general se me ha hecho bastante ameno ya que no es un libro muy extenso.
Al principio no entendía muy bien el trayecto de la historia, pero gracias a
las detalladas descripciones de Camilo José Cela, pude imaginarme cada lugar
que visitaba y me hizo sentir como si yo misma estuviera viéndolo. Al final del
libro tuve curiosidad y un cierto encanto por Alcarria y de hecho me gustaría visitar
varios pueblos como Cifuentes, Sacedón y Pastrana. No releería este libro
porque personalmente no me ha llamado mucho la atención, pero me alegro de
haberlo leído ya que Cela es ganador de un Nobel.
Yasmin Moutaouassil (2023)
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