“Llora
como mujer lo que no supiste defender como un hombre”, podría parecer, de hecho
lo es, una frase algo machista, pero si una se adentra en la novela de Antonio
Gala comprobará que no es así, el autor nos relata una bellísima historia en
primera persona: la vida del último rey de Granada, Boabdil heredero de la
dinastía Nazarí y encargado de entregar las llaves de la ciudad de Granada a
los Reyes Católicos en 1492. Una novela con un trasfondo histórico muy documentada
en mi opinión y donde una tiene la oportunidad de adentrase en todos los
palacios y rincones de la Granada nazarí, especialmente en la Alhambra, el gran
palacio icono de una de las culturas más importantes que han pasado por nuestra
historia.
La
novela se inicia con el encuentro por dos arquitectos franceses en 1931 de un
conjunto de manuscritos y legajos de gran valor artístico con más de cinco
siglos de a antigüedad, uno de estos libros, de color carmesí, nos guarda las
memorias del sultán Boabdil, último rey de Granada, de esta forma, inicia Gala
el relato de vida de un personaje muy culto, sensible, formado para reinar en
tiempos de paz que, sin embargo, tuvo que pasar el trago amargo de entregar su
Granada a los Reyes Católicos. Boabdil pasa una infancia feliz, sin embargo, su
vida después se verá truncada por los sin sabores de la guerra, las ambiciones
de su madre, la sultana Aixa, una mujer que no está dispuesta a dejar su poder
en beneficio de Soraya, una de las esposas y preferidas de su padre el sultán
Muley Hacén. El amor y la lealtad de su mujer Moraima.
Un
mosaico de personajes que se entremezclan y dibujan la descripción que cómo pudo
ser esos últimos años y días en los que el mundo andalusí se entregaba a los
pies de una cultura distinta o quizás no tan diferente en el fondo. Contado a
través de un personaje, Boabdil, un rey con unos valores incompatibles con la
guerra y que amaba profundamente su Granada, por tanto, incapaz de hacerle
daño. Alguien adelantado a su época o quizás que en pleno siglo XXI se entiende
mejor que entonces.
En
mi opinión, es una novela densa, en ocasiones se me hacía difícil seguir la
lectura, sin embargo, me ha encantado la forma de describir los espacios, los
lugares, los personajes, creo que lo hace con acierto y es fácil imaginar lo
que nos cuenta. El personaje de Boabdil, sobre todo cuando relata su infancia
es muy poético y te engancha, empatizando con él, entendiendo su forma pensar y
ver las cosas. Otro de los hechos más destacables y que más me han gustado, es
el trasfondo histórico y como el autor lo utiliza como si fuese un decorado
donde transcurre una obra donde es tan importante la trama como el lugar donde
se desarrolla, es fácil imaginar después de leer la novela cómo era la Granada
del siglo XIV y cómo transcurría la vida durante los últimos años de gobierno
nazarí. Una novela que creo sin duda, es recomendable leer más de una vez.
María Giménez Pastor (2023)
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