La
madre de Abril recibió una oferta de trabajo para supervisar durante seis meses
una terapia con un grupo de adolescentes en Sarajevo, los cuales tenían
problemas tras la guerra de Bosnia. Abril, algo triste dado que su madre no iba
a poder pasar con ella su cumpleaños ya que la pillaba en Sarajevo, recibe el
mismo día de su cumpleaños un regalo de su padre que ella no se esperaba. Le
dio un sobre, y al abrirlo, Abril se encontró con un billete de avión con
destino a Sarajevo para poder ir a visitar a su madre. Abril despegó hacia su
destino sin saber lo que le iba a deparar allí.
A
los pocos días de su llegada, conoce a Samir, era uno de los chicos que su
madre trataba en la terapia. Abril desde el primer segundo quedó impregnada por
el aura tan misteriosa que rodeaba a aquel chico de ojos azules como el mar.
Samir, acudía a la terapia porque le costaba mucho hablar, no era capaz de
expresarse con palabras, así que utilizaba su flauta, pero de una manera
especial, ya que no la tocaba, simplemente simula la acción de tocarla, ya que
Samir anhelaba el silencio después de todo lo vivió en la guerra. Abril
insistía constantemente en hablar con él, y de alguna forma consiguió que se
abriera con ella, contándole historias y anécdotas sobre su pasado. Ambos se
sintieron atados el uno al otro con tanta intensidad como miedo. Hasta que el
primer beso llegó, y con él se abrieron las puertas de los corazones de estos
jóvenes muy inexpertos en el amor.
Poco
a poco, iban conectando más y más. Llegó el segundo beso, un beso que lo único
que consiguió fue forjar más el vínculo que, sin saberlo, estaban creando. Y no
fue hasta el tercer beso, que se dieron cuenta de que estaban tan unidos que
por mucho que quisieran jamás iban a poder desvincularse. Pero, llegó el día en
el que Abril debía volver a Madrid, y ambos prometieron olvidar ese verano que
tanto les había regalado. Creo que es obvio que ninguno consiguió olvidarse de
nada.
Pasaron
siete años, en los cuales nuestra protagonista jamás olvidó aquel olor a
manzanas que emanaba su amado Samir. Incluso viajó a Sarajevo a intentar
buscarlo, sin éxito alguno. Hasta que un día llegó a casa de Abril una carta
escrita a mano por Samir, la cual decía que el veintidós de julio llegaría a
Madrid desde Múnich a las nueve y cuarto de la mañana, y que si no quería verlo
lo entendería y desaparece para siempre. Pero aquel veintidós de julio, allí se
encontraba Abril, hecha un manojo de nervios, buscando con ansias esos ojos
azules que jamás olvidó. Y fue entre la multitud, donde los encontró, y por fin
pudieron salir de esos tres besos, que acabarían siendo muchos más
Me
ha parecido un libro entretenido y muy bonito. Me enganchó desde el primer
momento y no me ha decepcionado en absoluto. La historia es tan bonita y triste
a la vez que hace que sigas leyendo buscando ese final feliz de los
protagonistas. Sinceramente volvería a leerlo de nuevo y revivir la historia de
amor tan bonita de Samir y Abril. Lo recomiendo muchísimo.
Sandra García Martínez (2022)
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