De
vuelta con Lucas Acevedo. En esta novela, Lucas Acevedo va a descubrir si no es
peor toparse con mediocres que con idiotas como en su primera aventura.
Como
sabéis, nuestro protagonista es policía de la Unidad contra la Delincuencia y
el Crimen Organizado, aunque se encuentra de retiro temporalmente.... En “La
envidia de los mediocres”, Lucas recibe la llamada de su inseparable amigo
Tomás, prestigioso abogado de Vigo, con quien ya tuvo peripecias anteriormente.
En esta reunión Tomás le pide ayuda para investigar la muerte de su madre,
Alicia, que ha fallecido hace poco al caerse por las escaleras de su casa de
Fonsagrada y desnucarse, ya que tiene ciertas sospechas de que la muerte no sea
del todo accidental. Tomás le cuenta a Lucas que hace unos meses también había fallecido
su padre, Sabino, en principio por causas naturales; sin embargo, al morir
ahora su madre de este modo, Tomás ha echado al ver algunas cosas que habían
ocurrido en los últimos tiempos, como que, sus padres andaban raros y
deprimidos a todas horas sin motivo aparente. Además, Tomás le confiesa que, a
los pocos días de morir su madre, ha recibido una extraña carta en tinta de
color rojo diciendo “No puedes enterrar a tus padres sin más. Hay algo que
debes saber sobre ellos”. Tras la conversación con Tomás, Lucas se monta en su
conocido y fiel compañero “Toyota”; es su coche, el cual está agujereado de
balazos y para disimularlo, no ha tenido mejor ocurrencia que cubrir los
agujeros con pegatinas que simulan orificios de bala. Se dirige a Fonsagrada y contacta
con la Guardia Civil al mando del caso, visita la casa de los Cerreda, padres
de Tomás, en la que estaba residiendo temporalmente un primo de la familia al
que llamaban “Spielberg”. Además, se entrevistó sin más consecuencias con el
médico y el cura del pueblo.
Lucas
habla a su vez con el forense, quien se pone muy nervioso ante las preguntas
que le hace. Visita también al director del banco y descubre que la impresora
de este hombre imprime en tinta roja al igual que la de la misteriosa carta.
Lucas le pregunta al director del banco y este confiesa inmediatamente que él
es el autor de la carta: los padres de Tomás estaban retirando todos los meses
grandes cantidades de dinero, varios miles de euros al mes desde hacía casi dos
años, pero al estar ellos aparentemente en plenas facultades mentales no podía
negarse a darles el dinero ni avisar a ningún familiar porque se jugaba su
puesto de trabajo; sin embargo, al conocer las muertes, no sabía cómo actuar, y
decidió enviar la carta anónima a su hijo para que investigara o al menos
llamar su atención.
Resulta
que “Spielberg” debe su apodo a ser un director de cine frustrado y se dedica,
por encargo de un psicópata conocido en el pueblo como Marco, a filmar escenas
sexuales violentas para lo que utiliza como actriz a una toxicómana llamada
Andrea, que a su vez es la nieta del forense que hizo la autopsia de la madre
de Tomás. El verdadero nombre de Marco es David Rey, y es un delincuente
conocido de la policía, aunque no tenían ninguna fotografía de él y vivía como
una habitante más del tranquilo pueblo. Rey lo que hacía era recibir encargos
de personas ricas y poderosas para rodar y venderles este tipo de películas,
como José Rouco. Para estos propósitos, Rey utilizaba a gente mediocre como
Spielberg y Andrea. En su locura, estas filmaciones se les fueron de las manos
y acabaron matando a personas y grabando los asesinatos en directo, sin que
hubieran recibido ningún encargo de hacerlo, por lo que no pudieron colocar la
película. Spielberg guardó una copia de esta “snaf movie” en la casa de los Cerreda
y éstos la encontraron por casualidad y la visionaron. Rey al saberlo empezó a chantajear
a la pareja de ancianos y a amenazarlos, por lo que le pagaban gran cantidad de
dinero todos los meses.
Es
una novela de miserias humanas, a la vez muy entretenida y con mucha acción. La
pistola Glock de Acevedo no tiene descanso y hay muertos a porrillo. En fin, no
quiero desvelar el final, pero os aconsejo su lectura, y tened en cuenta que no
hay que hacer caso a las apariencias de que en un pueblo pequeño y acogedor
como Fonsagrada nunca pasaba nada. Siempre hay algún mediocre que la puede
liar.
Javier Jiménez Sesma (2022)
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