La impaciencia del
corazón es un libro que trata sobre un teniente llamado Anton
Hofmiller, quien gracias a un compañero del cuartel donde él trabaja, consigue
asistir a una gran cena propuesta por los Kekesfalva, una familia grande y
adinerada, ya que en esa casa vive Ilona, la chica por la que él se siente
atraído. Cuando llega a la cena observa a todo el montón de gente que había
asistido a la cena, Anton, después de un par de copas de vino y un rato de
charla con varios de los asistentes, se lo estaba pasando en grande bailando y
riendo con las chicas de la casa, hasta que se dió cuenta de que estaba
bailando con todas ellas menos con una, Edith Kekesfalva, hija del viejo
propietario de la casa Von Kekesfalva, esta, se encontraba en un rincón de la
sala sentada en una silla, por lo que Hofmiller al verla en esa situación
decidió acercarse e invitarla a bailar, gran error por su parte, la chica
comenzó a llorar desconsoladamente y él no entendía nada, hasta que su prima
Ilona lo advirtió de que la chica quedó inválida en un accidente, Hofmiller al
instante se sintió tremendamente mal por ella y deseó por todo lo que más
quisiera nunca haber pronunciado esas palabras, pero el daño ya estaba hecho,
la chica siguió llorando desconsoladamente. Cuando por fin terminó la cena que
para Anton (o como lo llamaban algunos compañeros de cuartel, Toni) había sido
interminable, decide al día siguiente enviar unas flores a la casa con un
mensaje de arrepentimiento.
Tras
este hecho comienzan una serie de visitas a la casa Kekesfalva a las que Anton
se irá acostumbrando cada vez más.
Al
principio esas visitas Anton solo se las tomaba como una obligación para pedir
perdón por lo sucedido, pero con el paso del tiempo esas visitas eran cada vez
más usuales, tanto que la joven Edith acabó perdidamente enamorada de
Hofmiller, aunque desgraciadamente, esos sentimientos no eran mutuos porque el
sentimiento principal que sentía él era la compasión, pero llegó a tomar su
amor solo para que la joven no sufriera más, pero nunca llegó a demostrar su relación
en público y mucho menos ante sus compañeros de cuartel.
Von
Kekesfalva está desesperado por encontrar una cura para su hija, y Condor que
es un médico gran amigo de la familia, les dice que en Viena hay un tratamiento
para su hija que puede salir bien, pero Edith perdió la esperanza hace tiempo,
así que nada cambia en su estado de ánimo cuando se entera de este tratamiento,
porque no ya no hay nada que le vaya a hacer cambiar de opinión respecto a eso,
excepto una cosa, Anton, Kekesfalva, le suplica al joven que la haga cambiar de
opinión, que solo a él lo escuchará y le hará razonar, y eso intenta el joven y
de pronto parece que la muchacha recupera esa esperanza en poder curarse, todo
transcurre bien, hasta Anton le hace creer a Edith que está enamorado de ella.
Anton
tiene que marcharse a la guerra, y Edith continua en Viena con el tratamiento,
pero cada día tiene menos esperanzas, una noche, este recibe una llamada al
cuartel donde se encuentra y resulta que era de Condor, había llamado para
anunciarle de que había ocurrido un asesinato al príncipe, y que esa misma
noche, Edith desde la mansión Kekesfalva había decidido acabar con su vida
arrojándose al vacío desde una ventana. Anton estaba hundido y el único lugar
donde se refugió fue en la guerra, ya que como él mismo dice ‘’ donde la lucha
era más encarniza, yo me sentía a gusto’’, ya no le temía a la muerte, nada
tenía sentido, solo esos cuatro años de guerra donde podía refugiarse de los
pensamientos.
Este
libro me ha gustado, aunque tengo que admitir que al principio no es un libro
que motive a seguir leyendo, pero cuando te adentras algo más en él, te das
cuenta de que tiene perspectivas diferentes sobre el amor que tal vez hoy en
día no tenemos en cuenta.
Lucía Jiménez Vicente (2023)
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