Han pasado tres años...
Leah está acabando su último semestre de la universidad, es
feliz pintando horas en su buhardilla y pasando las noches en compañía de
Landon, pero sigue sin quitarse el dolor que le causó él...
Axel ha empezado a trabajar en una galería de Byron Bay,
Oliver volvió a su vida después de casi dos años para pedirle que sea su padrino,
bebe y no puede dormir porque siempre ella está en sus pensamientos: su cabello
enredado, su sonrisa que ilumina toda una sala, el arrepentimiento por haberla
dejado marchar, cuanto la ama...
Ahora que la profesora de Leah le da la oportunidad de exponer
unas obras en una galería de la ciudad, Axel no puede perderse ir, pero el
encuentro no sale como el esperaba. Axel no está dispuesto a volver a perderla
por lo que le hará la oferta de exponer en su galería de Byron Bay y él ser su
representante, cuando por fin acepta, Leah le permite mirar en su lugar de
seguridad, su buhardilla, donde Axel encontrará la historia de los dos a través
de cuadros, porque él siempre ha tenido el poder de leer todo lo que ella
pintaba.
Tras varios meses en los que su relación mejora a ratos, la
exposición es un éxito y venden la mayoría de cuadros, es tan exitosa que el
dueño de la galería le hará una oferta a Axel para Leah: ir a París durante dos
meses y exponer nuevas obras. Cuando Axel se lo propone a Leah el no espera que
su reacción sea negarlo, porque Leah sabe que si va con él a París no volverá
con Landon y el propio Landon también lo sabe y es por eso que deciden
darse un tiempo. Y durante esa noche Leah decide volver con Axel para pedirle
ayuda a entrar en su antigua casa y robar los cuadros que un día fueron de su
padre.
Cuando por fin se encuentran en París, todo eso es tan
diferente de Byron Bay que según van conociendo personas y se van adentrando en
las calles de París su relación vuelve a ser la de hace tres años, pero esta
vez Axel no está dispuesto a cometer los mismos errores.
Según van pasando los meses Leah empieza a cambiar mostrando
sus propios demonios sin darse cuenta, dejando de expresar sus pensamientos en
la pintura para ahora hacer cuadros, y cuando los dos meses acaban y se quedan
otro más. Axel no encaja en toda esa farsa de copas, fiesta y vestidos lujosos,
él es libre como el mar, alocado y toda esta situación lo está matando, porque
Leah no ve las sonrisas falsas ni que está perdiéndose a sí misma.
Tras otra fiesta más la situación no aguanta más y los dos se
rompen y se sinceran con el otro, haciendo que Leah le pida que se vaya sin ella
de París y así él lo hace aun sabiendo que ese adiós podría ser el
último.
Porque cuando las semanas pasan y Leah se da cuenta de que
ella tampoco encaja en ese mundo, que ella ya no es la chica que sabía a
fresa, expresaba pintando sus sentimientos y escuchaba al mar en una concha
decide perderse por las calles de París e intentar volver a juntar sus trozos
para volver a ser ella misma mientras se pierde por las calles de París como
hizo con Axel, empieza a comprender a Axel y lo que significa estar
sola...
Leí este libro para saber cómo termino la historia de esos
dos, porque la verdad no siento que me ganara el corazón por varios motivos: el
personaje de Leah no me ha gustado nada, se pasa más de la mitad del libro
llorando y tomando decisiones estúpidas que lo único que hacían es aburrirme.
Mientras que Axel ha sido todo lo contrario es capaz de sacar tantas risas como
lágrimas. Es un libro que tiene un desarrollo muy lento durante los cuarenta
primeros capítulos y siento que todo lo que paso durante esos capítulos se
podía resumir en tres capítulos. Por otro lado, la parte de París me encanto
hasta los veinte últimos capítulos del libro que vuelve a ser muy aburridas, ya
que al ser capítulos muy cortos se vuelven muy repetitivos. Los personajes
secundarios como Oliver, que me gustó por su evolución con respecto al primer
libro, los Nguyen que me enamoraron por lo unida que estaba su familia y Landon
que me ha parecido un personaje muy sencillo pero que ayuda a que la
historia continúe siendo un buen amigo y comprensivo. Cabe destacar la
maravillosa ambientación en París.
Por lo que yo recomiendo leer este libro para saber cómo acaba la historia de Leah y Axel, pese a que por lo menos a mí no me ha gustado ni la mitad de lo que me gustó el primero.
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