martes, 3 de agosto de 2021

Todo lo que nunca fuimos


Leah sólo ve el mundo en trazos grises y negros. Ya no puede escuchar Here comes the sun. Ya no es ella... Ahora lleva un chubasquero para proteger sus emociones.

Axel vive su rutina, vive tranquilo, sereno y siempre ha escogido el camino fácil, pero ¿es feliz?

Axel se mudó a Byron Bay cuando tan solo era un niño y conoció a Oliver, cuando ambos tenían diez años nació Leah y desde entonces Axel la ha considerado una hermana pequeña; capaz de hacer lo que él no puede: expresarse pintado.  Pero su vida da una vuelta radical cuando un coche invade el carril contrario causando un accidente en el que los padres de Leah mueren y ella lo presencia todo desde el asiento de atrás. Ahora un año después Oliver se ve obligado a pedirle un favor a su mejor amigo, Axel, que deje a su hermana vivir con él mientras Oliver se va a trabajar a otra ciudad. Pero lo que encuentra cuando Leah entra en su casa por primera vez es muy diferente de la niña que un día fue: ya no pinta, ahora ve el mundo en tonalidades de grises y negros; ya no sale con su mejor amiga Blair, ahora se encierra en su habitación dejando pasar las horas; ahora reprime sus sentimientos, antes su sonrisa iluminaba toda una sala. Axel decide que eso ha de parar por lo que obligará a Leah a afrontar sus miedos para convertirla en la de antes, pero lo que él no sabe es que según vaya ayudándola empezará a sentir lo mismo que ella lleva guardándose desde que era una niña: una enorme atracción que supera la atracción física y mental, pues ella ya no es la niña que un día fue ahora es una mujer que él no había querido mirar. 

 Axel sabe que, si deja que sus sentimientos sigan a más, corre el riesgo de perder a una de las personas más importantes de su vida: Oliver; pero que puede hacer si él sabía lo que era el placer y el deseo, pero hasta que llegó ella a su vida no había sabido nada del amor, la necesidad de complacer a otra persona por encima del deseo propio, pues con ella descubrió lo que significaba: <<Todos vivimos en un submarino amarillo>>

Qué decir de este libro: la pluma de la autora es de diez, sin duda. Otro libro más fantástico, es increíble cómo vas acompañando a Leah durante su camino de superación y maduración durante todo el libro y qué decir de Axel… 

Simplemente maravilloso, su evolución para ayudar a Leah mientras intenta luchar contra los sentimientos que nacen por ella. He de decir que leí este libro por la gran cantidad de buenas críticas que tiene y sin duda las merece, Alice Kellen transmite muy bien los sentimientos de los protagonistas desde sus dos puntos de vista y abarca varios temas que no suelen ser habituales en este tipo de lecturas: depresión, ansiedad, perdida, descubrimiento de uno mismo y mucha conexión entre el arte y la pintura. Y ¿qué puedo decir del final? Se venía oliendo que pasaría y aun así sigue doliendo lo mismo. A mí no me gustó la reacción de Oliver y el final sin duda te deja con unas ganas locas de leer la continuación.

 

Lucía Gadea Monreal (2021)

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