Olfato de detective va sobre
un niño llamado Yago Pamperl, que un día estaba en su casa enfermo y escuchó al
cartero en la casa de sus vecinos, los señores Zwoch. Yago fue corriendo a ver
qué era, porque él sabía que nunca estaban en casa a esa hora. Él le dijo que
le diera la carta a él y que cuando volvieran él se la daban y que era de
confianza. El cartero le da la carta y Yago se la lleva a su habitación y la
deja en su mesilla. Se intenta dormir pero no lo consigue y de repente escucha
unos chirriantes sonidos prevenientes de los zapatos hechos a medida del niñero
Winterterstein. Sale corriendo cuando justo oye a los vecinos entrar y chilla:
-¡Xandi , ha llegado una carta! ¡Para Kurt! El niñero casualmente estaba
abriendo la puerta, el niñero llevaba una bolsa de cuero donde asomaban varias
cosas que él había ido a comprar. El niñero lo primero que le dijo fue que no
chillara, que se tranquilizase; y, lo segundo, que se calzara, que está enfermo
y si empeoraba podía ser malo. Pero Yago no hizo caso y siguió chillando. A partir de aquí no cuento más, porque a
partir de aquí empieza lo que es el núcleo de la historia y no quiero destripar
nada.
Mi
opinión es que el resto de la historia es realista y original y para chicos y
chicas de nuestra edad puede resultar emocionante y entretenida.
Gema García Moreno (2º ESO D) (2020)
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