Esta
novela, la cual se divide mediante escenas, está llena de diálogos.
Todo
empieza con don Rodrigo, conde de Albrit, que viajó a Perú debido a un presentimiento
que él tuvo desde el fallecimiento de sus padres, que sus antepasados les
habían dejado oro escondido por aquellas tierras, en aquel momento conocidas
como las Américas.
Don
Rodrigo decide volver, claramente con las manos vacías, y nada más llegar a su
caserío ubicado en Jerusa, España, decide ir a ver a su nuera viuda Lucrecia,
que vive junto a sus dos preciosas hijas, Dolly y Nell. Desde el primer día del
fallecimiento del que era su hijo, Rafael, don Rodrigo acusa a Lucrecia de
matar a su hijo de tristeza, aburrimiento, monotonía y engaño. Esta última
acusación viene debido a que Lucrecia ha tenido una hija con otro hombre tras
la muerte de su marido e hijo del Conde, y don Rodrigo sigue pensando que esa
aventura con el hombre que Lucrecia tuvo la hija, viene de mucho tiempo atrás
cuando su hijo Rafael estaba vivo, siendo esta una de las razones por las que
don Rodrigo piensa que fue su motivo de muerte.
Una
vez que el Conde don Rodrigo visita a Lucrecia, cae en que tiene una sola nieta
legítima, ya que es su única descendencia. Y aquí es donde se podría considerar
que empieza el nudo de esta novela.
Después
de esto, el abuelo va interesándose en crear una relación con los que
más frecuentaban la compañía de la familia, como el educador de Dolly y Nell,
Coronado, al que trata de sacarle las diferencias entre las dos niñas, pero
afirma que son igual de buenas chicas al igual que trabajadoras. Don Rodrigo,
hablando con las niñas descubre que Nell quisiera llegar algún día a ser
pintora, y que Lucrecia engañó a Rafael con un pintor, por lo que deduce que
Dolly es su verdadera nieta.
Lucrecia
viendo el panorama mete a traición al abuelo en un convento, donde se
hace fiel amigo de Coronado, que quería suicidarse, pero no tenía valor.
Lucrecia confesó al abuelo que Nell era su verdadera nieta a través
del cura Maroto, pero fue Dolly la que mantuvo una relación de lo más cercana
con su “abuelo”, por eso cuando Lucrecia quiso llevárselas a ella y a su
hermana a Madrid, ella lo rechazó y pilló a su abuelo y a Coronado a
punto de suicidarse juntos impidiendo la acción con su llegada, y siendo criada
finalmente por ambos.
Puedo
decir que es de las novelas más gustosas que he leído, donde se mezcla el
adulterio, la ambición y el cariño antes que el dinero. Al principio no
entendía la actitud de Lucrecia, pero al fin y al cabo el amor es el amor.
El abuelo me sorprendió su desarrollo a lo largo del libro ya que al
principio simplemente buscaba a quién darle su herencia, pero al final de la
novela, dándole igual quién fuera su verdadera nieta, acabó brindando todo su
amor, cariño y herencia, junto a Coronado, a la que más cariño y paz le
proporcionó. Cien por cien recomendada.
Elena Hernández Martínez (2023)
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