Mi madre

 

Yasushi Inoue narra el envejecimiento y deterioro tanto mental como físico de su madre. Teniendo que convivir con una triste enfermedad: el alzheimer. Mi madre se divide en tres relatos: “Bajo los cerezos en flor”, “Claro de luna” y “El rostro de la nieve”.

“Bajo los cerezos en flor” nos introduce un poco en la vida de la familia, cuenta la muerte del padre a sus ochenta años, el cual había sido del cuerpo médico del ejército en la guerra durante toda su vida. Tras su fallecimiento la madre muestra sus primeros síntomas de demencia. Dejándola al cuidado de sus dos hijas y dos hijos. En gran parte del libro la madre tiene muy buena salud física para su avanzada edad. “Parecía inmune a la fealdad de la vejez”, no sufre dolor de espalda y casi nunca se resfría, no le falla la vista, incluso podría correr durante un largo tiempo. Cosas que ninguno de sus hijos podía hacer. Pero con el paso de los años ha ido adelgazando y su tamaño va reduciendo aún más, “y ya uno no puede preguntarse si al cogerla en brazos sólo notaría el peso de los huesos”, describe su hijo. Pero mentalmente no estaba bien, había empezado a olvidar las cosas. Durante todo el tiempo que está en esas condiciones sus hijos deciden que su madre era demasiado mayor para vivir sola en la casa del pueblo así que Kuwako, la hermana mayor de Inoue, la cuidaría en su casa. Pronto después se haría cargo su otra hermana: Shigako. Y así durante todo el libro, los hermanos fueron cuidándola.

Al principio la madre borró muchos de sus recuerdos, primero con su marido. Olvidó todo lo bueno que pasaron juntos y solo recordaba las penurias que había sufrido por su culpa. Pasado un tiempo lo borró por completo de su memoria, pero había algo que les extrañaba a sus hijos: la madre recordaba a personas que solo habían formado una pequeña parte de su vida, o que simplemente no eran tan importantes como lo podrían ser tus hijos o tu pareja. Y poco a poco se dieron cuenta de cómo su madre iba olvidando décadas enteras de su vida e iba volviendo a su niñez. La madre empieza a sufrir alucinaciones, tener grandes manías y obsesiones. Y comienza a actuar de forma extraña: escapando de donde reside, levantándose por las noches para buscar algo desconocido, tratando a sus hijos como verdaderos extraños, preocupándose por cosas absurdas y olvidando toda su vida.

Llega un momento en el que ni sus propios hijos reconocen como su madre ha podido cambiar tanto. Y ellos la describen como “una niña que busca desesperadamente a su madre”.

Finalmente, la madre fallece a su avanzada edad de noventa años, aunque esta vez Inoue no sentía que le habían faltado cosas por decir, mientras vivió le dijo todo cuanto quiso decirle y según él no le había quedado ninguna conversación pendiente, al contrario de lo que le sucedió con su padre.

Mi madre es una novela autobiográfica conmovedora, donde nos cuenta algo que a casi todo ser humano le sucede, ver fallecer a las personas que te dieron vida y te cuidaron durante tantos años. ¿Qué sentirías si la persona que te dio la vida te olvida poco a poco? La demencia es muy triste. ¿Se pueden olvidar los sentimientos y todos los momentos que vivimos? Ojalá nunca sentir algo así.

 

María Ortiz Almela (2022)