El
tema principal y concreto del libro es la muerte, lo poco presente que no
queremos tenerla en nuestra vida, lo poco aceptada que está por la sociedad y
mal vista. La autora Paz Padilla nos cuenta su historia aprendiendo a llevar la
muerte, sacando su lado bonito aceptando que no es un proceso donde nada más se
mezclan sentimientos de odio, tristeza, rabia y miedo.
Paz
nos enseña a través de su experiencia el maravilloso proceso de saber conllevar
el duelo, el fallecimiento de personas muy cercanas. El libro empieza narrando
como ella conoce al amor de su vida Antonio ya sucesivamente nos cuenta
anécdotas de él y con él, sus idas y venidas, una vez contado el principio de
su relación, su divorcio y darse una segunda oportunidad veinte años después
casándose de cuatro maneras distintas todo está asentado, forman una
familia todo lo bueno que le puede pasar a un matrimonio.
Paz
nos cuenta cómo un día cualquiera Antonio comienza a encontrarse mal, a no
saber lo que dice, estar desubicado, Antonio le hace una llamada a paz y le
comenta su situación ella sin pensarlo cancela lo que tenía pendiente hacer y
acude con Antonio al médico de urgencias allí mismo le hacen exámenes, pruebas
y llega la fatídica noticia Antonio padece de un Cáncer cerebral y aquí empieza
la cuesta arriba, los médicos se lo comunican a Paz a solas le ruegan que no se
muestre débil delante de él, que no llore ni grite, que lo haga cuando Antonio
no esté presente. Esto para Paz es un golpe en seco cuando le hizo el
comunicado el médico no emite ninguna emoción porque estaba en shock no se lo
creía, hasta que ella decide llamar a su hermana y le comunica que Antonio se
muere y ahí es cuando Paz se da cuenta de la situación y desgarradamente
comienza a llorar, Paz presenta un dolor inexplicable le acaban de decir que el
amor de su vida se va a morir pero sin fecha exacta marcada. Los médicos le
aclaran los síntomas, los procedimientos, posibles tratamientos. Aquí es donde
Paz comienza cambiar su chip y perspectiva de vida, empieza a ver su enfermedad
por el lado bueno con positivismo y con esperanza, en este punto es donde Paz
empieza a obsesionarse con la muerte, a hacer la crítica de porque se hace
tanto hincapié en enseñarnos a dar la vida y no en saber afrontar el duelo,
cuando también es un procedimiento natural que vamos a tener que afrontar sí o
sí. Empieza a cuestionar la muerte porque está tan poco presente en la sociedad,
porque es un tema tabú, cuando no tiene nada de malo es el recorrido de la
vida. Paz se empieza a preparar para la despedida de su Antonio, si se prepara
porque no hay nada mejor que saber llevar este proceso y despedir a la persona
que amas de la mejor forma, Paz lo trabaja: lee infinitos libros, acude a
terapias, enriquece su conocimiento, porque quiere darle la mejor despedida a
Antonio, porque se la merece, y al fin y al cabo le saca su lado bonito a la
muerte. Paz continúa su vida con Antonio y su enfermedad de la mejor manera
posible con humor haciéndole burla a esta enfermedad y sobre todo sacándole una
sonrisa a su Antonio, emprenden más viajes, más idas y vueltas y también por
desgracia emprenden una despedida hasta volverse a encontrar en otra vida. Por
desgracia para Paz Antonio no fue la única pérdida cierto tiempo antes falleció
la magnífica y nombrada con tanto honor en este libro Lola la madre de Paz y
allí donde fuese desprende un aura de bondad, alegría.
Paz
para ella solo tenía palabras buenas.
Tiempo
más tarde llegó la despedida de Antonio la cual fue con tanto esmero amor puro
y verdadero, tan bien asimilaron el proceso que cuando llegó el Samur ni se
creían que estaban de luto por lo bien asimilado que lo tenían, ese era el
objetivo de Paz darle la vuelta a la muerte y volverla bonita, ella lo
consiguió, dejo ir y preparó a su Antonio para este viaje de la mejor forma
donde solo estuvieron los más cercanos. Una vez despido del cuerpo de forma
personal y con los más cercanos tocaba hacer el velatorio para todo aquel que
estuvo presente en la vida de Antonio Paz se sentía muy rara al tener que
elegir flores, ataúd por el simple hecho de que lo hacía sola, porque cuando
falleció su madre al menos era con sus hermanos y su apoyo, pero aquí le tocaba
sola la decisión.
En
la hora del velatorio tuvo que soportar de todo había gente de todo tipo, más
desconsolados que ella, los que veían bien el fallecimiento, los que se
justificaban con simples frases típicas para quedar bien y los que decían que
había perdido la lucha contra el cáncer y eso le cabreaba mucho porque él no
dejó la toalla, él no dejó de luchar, claro que ganó la lucha… pero de otra
manera.
Por
última parte del entierro Paz dio un magnífico discurso donde recalcó todo lo
magnífico y no tan magnífico del recorrido con Antonio, que le hubiese gustado
que la despedida no hubiese sido así y que les agradece a familiares, amigos,
su hija y ella de haberle permitido de disfrutar de él.
Recomiendo mucho el libro ya que trata un tema muy delicado de una forma muy
peculiar porque no cualquiera podría hablar de tal manera de la muerte con
tanta soltura ni miedo a mencionarla, es un libro muy reflexivo porque a veces
te hace pensar y reflexionar por el tema que trata y para la gente que esté
tratando con esto actualmente o se haya estancado por ello que lea el libro
porque viendo el ejemplo de cómo la autora lo ha vivido y de la forma que lo ha
trabajado puede servir de mucha ayuda y apoyo.
A
mí este libro me ha enseñado a ver la muerte bonita sin miedo ni retención
porque es un proceso natural el cual todos lo tendremos presente algún día y
tendremos que realizar ese viaje, como Antonio; y cuando lo hagamos que sea de
la mejor forma posible.
María Larrosa Bermejo (2022)
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