jueves, 6 de octubre de 2022

Dispara, yo ya estoy muerto

 


Uno de los personajes que va a empezar esta historia es Marian, nacida en Europa y cuyo trabajo es dedicado a una ONG, la cual trabaja estudiando la situación de las personas que fueron refugiadas o desplazadas por culpa de guerras, entre otras causas. Debido a su trabajo, acaba viajando a Israel, donde el principal foco de su visita estaba en evaluar el estado de la tierra palestina y su población. Allí se citará con dos personajes que han vivido el conflicto bélico en primera persona: Ezequiel Zucker y su padre, Samuel Zucker. Estos van a ser los personajes principales de esta historia.

Samuel y Ezequiel son judíos que han presenciado el asentamiento de la población israelí en las tierras palestinas, y narra la historia de su familia empezando en Rusia, San Petersburgo, durante la época de la Rusia dominada por el zar Alejandro III y Catalina la Grande.

El nudo de la novela empieza cuando nuestros dos protagonistas viajan a París a visitar al padre de Anna, la esposa de Samuel y madre de Ezequiel, ya que necesitaban dinero y el abuelo trabajaba las telas a muy buen precio. Ezequiel se pone tremendamente malo y deciden volver a casa, pero para su desilusión se encontraron la casa saqueada por la turba enfurecida por la muerte del zar. No solo saquearon, sino asesinaron a Anna, los dos hermanos pequeños y a la madre de Samuel. Al no quedarles otra alternativa huyen de San Petersburgo y su vida se entrelaza con la familia Zaid al comprar las tierras que ellos venían trabajando de hace años. Para variar, la familia Zaid era de ascendencia árabe, grupo con el que ha existido tensión política entre otros desde hace años debido a los pogromos, las persecuciones, los exilios, etc.

La vida de los Zaid fue de lo más humilde, eran 4 hermanos y sus padres, Ameh y

Dina. Ellos fueron los que acogieron a Samuel y Ezequiel al llegar a Palestina sin dudarlo aun teniendo esos roces políticos. En secreto se forja una irrompible amistad que rompe todos los estereotipos y órdenes no escritas.

Es un libro rompedor, el cual explica de arriba a abajo el conflicto bélico palestino entre árabes y judíos; y que sin duda ejemplifica que siempre habrá personas sin prejuicios y dejando a un lado las estructuras sociales y religiosas para simplemente reducirse a ser seres humanos con sentimientos y sin importar la condición espiritual de cada uno.

 

Elena Hernández Martínez (2022)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.