sábado, 20 de agosto de 2022

Un lugar muy extraño

 


Todo comienza cuando Stanley Buggles recibe una carta donde se le informa de la muerte de su tío el almirante Swift, y donde también se le informa que ahora es el dueño de su mansión, pues la herencia recae sobre el miembro más joven de la familia por petición del almirante. Con esto Stanley convence a sus padres para que le dejen ir a ver la casa, casi como si fueran unas vacaciones en solitario. Y así fue, en poco tiempo ya estaba viajando hacia “Crampton Rock”, el pueblo marítimo donde residió en vida el almirante. Por algún motivo se necesitaba mucho papeleo para entrar en el pueblo, algo que desconcertó a Stanley. Una vez allí tuvo que cruzar una milla de madera para llegar al pueblo, mientras se mojaba los pies por la marea alta, cuando se encontró con la alcaldesa del pueblo, la cual revisó todo el papeleo y acompañó a Stanley a su nueva casa, la mansión Candlestick. Cuando estuvo allí conoció a la señora Carelli, el ama de llaves y la encargada de cuidar a Stanley durante su estancia. Era una mujer grande, pero con un aspecto afable, ella le invitó a pasar a la casa y le prepararía algo de cenar mientras Stanley exploraba la casa y elegía habitación. Después de explorar por dentro y elegir una habitación le dijo a la señora Carelli que iría a ver el pueblo, mas esta no le dejaría, argumentando que nadie puede salir de noche, lo que incomodó a Stanley y le generaba aún más dudas al respecto de este misterioso pueblo. Después de charlar y cenar con la señora Carolli se fue a la cama, había sido un día largo. A la mañana siguiente Stanley decidió explorar el pueblo, y tras dar muchas vueltas llegó a una chuchería un tanto anticuada, dentro estaba un señor muy raro y que incomodaba mucho a Stanley, y le preguntó al muchacho si quería algo en particular, este ya fuese por miedo o por vergüenza compro unas cuantas chucherías y puso pies en polvorosa. Encontrándose así con un perro de tres patas, el cual estaba cerca de su amo, Flynn, un hombre de aspecto intimidante que advirtió a Stanley sobre la tienda de chuches, este se interesó mucho por lo que el hombre le contaba, pero llegado el momento no quiso contar nada más, así que Stanley espero a que se tomara unas cuantas copas para sacarle información al respecto. Tras un buen rato el viejo Flynn le confesó que el dueño de la tienda de chucherías era un hombre lobo, y que esa era la razón de porque nadie podía salir nunca de noche, Stanley inmediatamente pensó que era un borracho contando historias para asustar a los niños, así que se fue a casa. Cuando volvió a casa al atardecer se encontró a la señora Carelli preparando la cena, y esta al percatarse de que tenía consigo unas chucherías le regaño de sobremanera, advirtiéndole de que no se acercase a esa tienda en particular. Lo que aumentaba aún más las dudas sobre este pueblo, pero Stanley estaba demasiado cansado como para indagar al respecto, así que simplemente ceno con la señora Carelli y se fue a la cama. A la mañana siguiente se encontró con una nota que le pedía a Stanley ir a un bar para hablar sobre hombres lobo, este sin pensarlo fue directo, pues ya era demasiada coincidencia que todo el mundo hablase de ello, cuando llegó era Flynn con sus amigos, estos le contaron sus historias sobre que eran piratas y le pidieron un favor a Stanley, que matase al hombre lobo, este se negó, pero los piratas argumentaron que nadie más tenía una pistola con balas de plata, salvo él y el fallecido almirante, Stanley se ofreció a dejarle la pistola a los piratas, pero ellos le mostraron sus extremidades, entre los 3 piratas no juntaban 16 dedos, así que ninguno de ellos era capaz de disparar un arma, todo esto era de locos, pero le habían mostrado muchas pruebas, tras esto, Stanley regreso a casa. A la mañana siguiente se fue a pescar con un buen amigo de la señora Carolli, y además dueño del faro, Lionel Grouse. Tras pasar toda la tarde pescando Stanley le pidió al señor Grouse si podía quedarse con él y su mujer a dormir en el faro para ver las vistas y demás, el señor Grouse aceptó y por la noche hablo con el muchacho, avisándole de que sabía lo que buscaba, y por desgracia se lo encontraría, así es, hablaba del hombre lobo. Stanley se había quedado dormido encima de un telescopio y al despertar se percató de algo terrible, una bestia de 4 patas mucho más grande que un perro y definitivamente no humano, era el señor Cake, dueño de la chuchería, así pues, todo era cierto y los piratas necesitaban ayuda para detener a ese hombre lobo. Cuando ya se hizo de día Stanley regresó con la señora Carolli, quien estaba preparando el desayuno, ya había tomado una decisión, había que matar al hombre lobo. Pasó el día normal, como si no tramaba nada, pero de noche se decidió a salir a cazar al hombre lobo, cogió la pistola del almirante y salió en busca del hombre lobo, conforme pasaban las horas perdió la esperanza de encontrarlo, pero cuando se dispuso a volver a casa lo encontró, y este lo persiguió durante un rato, hasta que, cuando Stanley estuvo arrinconado le asestó un balazo en la cabeza poniendo fin a su vida, los piratas, que estaban por allí se encargaron del cuerpo y mandaron al chico a casa. Cuando regresó a casa la señora Carolli le echó la bronca, pues sabía perfectamente lo que había hecho, y le advirtió que solo traería consecuencias nefastas, pues esos piratas querían robar el medallón del almirante, pero no podían salir de noche a robar gracias al hombre lobo, esto desanimó mucho a Stanley, pero al final acabó hablando con la señora Carolli y se recuperó, una vez en la cama empezó a tener pesadillas, sobre un pez que le hablaba, le resultaba muy familiar, y este le decía que guardaría su secreto. Al día siguiente encontró al pez, puesto en la pared como un cuadro, estaba protegido por un cristal, intentó hablar de nuevo con él, pero resultó imposible, los peces no hablaban, y menos uno colgado de la pared. A sabiendas de que los piratas vendrían a robar el colgante del almirante Stanley diseñó un plan para acabar con los piratas, dibujando un mapa muy realista y hablando con el Señor Grouse para que le prestase un barco para acabar con los piratas. Y todo iba sobre ruedas, los piratas aparecieron y Stanley les convenció para que encontrasen un mapa, él les “ayudó” a conseguir un bote, pero tendrían que esperar hasta el anochecer, así que estos se escondieron en barriles y empezaron a beber, una vez borrachos Stanley junto con la ayuda del Seño Grouse abandonó a los piratas en una isla desierta a su suerte, para que no volviesen a molestar. Cuando regreso a casa por la mañana la señora Carelli le avisó de que tendría que volver a casa, así que este recogió sus cosas, cuando antes de irse, el pez le hablo, Stanley le quitó el cristal que los separaba y pudo ver en la boca del pez el colgante del almirante, ahora si estaría a buen recaudo. Cogió sus cosas y partió de nuevo a su hogar, hasta las próximas vacaciones.

Es un libro corto pero interesante, desarrolla bien a los personajes, pero el mayor problema es que se repite mucho el hecho de que cuando se hace de noche Stanley vuelve a casa y los días se reinician, es prácticamente como un sistema que elimina la franja nocturna y crea la necesidad de ver a Stanley durmiendo continuamente. Por el resto está muy bien, aunque deja un final demasiado abierto para los piratas, ya que no sabemos qué ocurre después con ellos.

 

Pablo Gallego (2022)

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