lunes, 21 de febrero de 2022

La tierra del tiempo perdido

 


Miguel, un niño de 15 años andaba buscando entre los trastos de indios cuando encontró una escribanía la cual le asombró y le vino la idea de comenzar a escribir los sucesos que estaba viviendo junto a su padrino. Al día siguiente, era uno de esos días en los que la gente, tras salir de misa, pasan un rato en la plaza. El padrino de Miguel le llamó y le comentó que había recibido una carta de la Corte donde buscaban el modo de poner orden en Perú y necesitaban su ayuda para aconsejar al presidente de la Real Audiencia de Panamá, el cual se vio afectado en esta guerra entre españoles e indios. Miguel le comentó a su padrino que no sabía si podría ir ya que sería mucho tiempo alejado de su familia. Tras mucho pensar Miguel decidió que partiría junto a su padrino a aquellas tierras, tras decírselo a su madre y hermanas, quedaron asombradas y se entristecieron, pero más tarde se alegraron por esa decisión. Lucía, aquella niña india que encontraron Miguel y su padrino en su primer viaje juntos también quería ir con él y su madre pensó que sería una buena idea ya que ella cuidaría de ellos y de la vivienda donde se hospedaran y le entregó a ella una importante esmeralda. Miguel preparó todo su equipaje y una noche, su padrino pasó a recogerle y Miguel partió el viaje nervioso y preocupado. Al empezar el viaje se encontraron con Luengo el Maragato, otro explorador el cual tenía un camino diferente al de ellos. Al llegar a la Villa Rica de la Vera Cruz se encontraron con un compañero de su padrino el cual les ayudó a seguir su viaje en barco junto a unos marineros. Una noche en el barco, el piloto marchó con todas las pertenencias de los que había en el barco y se quedaron sin ropas y comida por lo que tuvieron que parar en la tierra más cercana la cual era una isla ante el Yucatán. Un día una tropa de soldados les rodearon a todos y les preguntaron quiénes eran, tras decírselo un Bachiller mostró interés por saber más de ellos y el padrino de Miguel (Don Santiago) se ocupó de contarle todo. Un día el Bachiller junto a sus dos esclavos y Miguel junto a su padrino, caminaban por una antigua ciudad hasta que llegaron a un pozo, allí el Bachiller les obligó a dejar todas sus armas y al protestar, Don Santiago recibió un dardo de los esclavos del Bachiller. Tras darse cuenta de que fueron engañados, quedaron alejados de Lucía y de Rubén (otro acompañante) en aquel pozo y además, Don Santiago estaba herido. Unos días más tarde se encontraron con un compañero, Juan García “el sevillano” y este, les ayudó a recuperarse dándoles comida y casa. Unos días después Miguel y su padrino partieron en busca de Lucía y Rubén dejando atrás grandes amigos como “el sevillano” y dos gemelas indias. Llegaron a una aldea a mitad de camino hacia su destino, y allí se encontraban Lucía y Rubén los cuales no demostraban sus ganas de seguir el viaje ya que los miembros de aquel lugar los habían estado manipulando. Consiguieron llevarse a Lucía, pero Rubén prefirió quedarse en aquella aldea. Ya muy cerca de su destino se encontraron con una embarcación la cual necesitarían para llegar a Nombre de Dios los cuales aceptaron. El capitán de este barco tenía la intención de engañarles, pero rebuscando en sus pertenencias encontraron las escribanías de Miguel y les dijo que los llevaría a aquellas tierras a cambio de la novela que Miguel estaba escribiendo, ellos aceptaron. El capitán les devolvió todas las pertenencias que el Bachiller les robó y les contó que les dio su merecido al Bachiller y a sus esclavos ahorcándolos tras leer lo que Miguel redactó sobre ellos, tuvieron su merecido. Al llegar a Panamá, Don Santiago se dirigió al lugar desde donde le enviaron aquella carta para aconsejar al presidente, pero le comentaron que allí, él no estaba registrado por lo que no tendría su trabajo para el que habían realizado el viaje. La única manera de conseguirlo sería viajar hacia Perú, otra opción era abandonar el viaje y volver a casa, pero ninguno de los tres se rindió y comenzaron a buscar embarcaciones hacia Perú.

En mi opinión, ha sido fascinante, es un libro repleto de vocabulario y me ha ayudado mucho a ampliar el mío. Al principio de la novela no entendía del todo la situación en la que se encontraba el personaje, pero a medida que la historia iba avanzando me sentía empatizado con Miguel, el protagonista; al ser un chico joven de mi edad aproximadamente, creo que yo hubiera actuado de la misma manera que él ante las situaciones por las que él tiene que pasar en la novela. Los mejores momentos para mí sin ninguna duda son dos: el primero, es cuando Miguel y su padrino se dirigen hacia un pozo junto al Bachiller y sus dos esclavos en aquella gentil ciudad y el Bachiller los engaña apuntándolos con ballestas a ambos, en esa situación creo que Miguel tuvo una actitud admirable. Otro de los mejores momentos es cuando Miguel debe partir hacia su destino y tiene que despedirse de las gemelas, él estaba enamorado y aun así consiguió dejarlas atrás. Realmente, leería este libro muchas más veces. Me ha encantado y es perfecto para ampliar vocabulario.

 

David González López (2022)

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