Son dos relatos cortos sin un argumento que
los una, pero con una esencia parecida. Para situarse históricamente, fueron escritos
en los años 20 y 30 del siglo XX. En el primero, un afamado y mujeriego
escritor recibe una carta sin remitente el día de su cumpleaños. En ella, una
mujer desconocida le confiesa antes de su muerte su amor secreto por él. Le
explica cómo ha sido su vida, cada detalle en el que él ha estado presente y
hasta qué punto ha influido en su historia. Una declaración atrasada muchos
años, demasiados para el amor que le profesaba en desmedida y que rozaba, en
muchas ocasiones, la obsesión.
El segundo es algo más complejo. Nos
presenta una mujer de mediana edad llamada Crescenz. En lo que respecta a su
aspecto físico, digamos que no nació con el don de la belleza. Es hosca, torpe,
huesuda y con unos andares peculiarmente espeluznantes. Sin un ápice de feminidad,
que siendo justos es lo de menos, su personalidad tampoco la salva. Es
realmente desgraciada y no expresa emoción alguna. Apenas habla, lo mínimo que
le requieren sus quehaceres como criada, no ríe y funciona como una máquina
movida por el dinero y su rutina de trabajo. Un día, le ofrecen un empleo por
el que podría cobrar el doble y, por supuesto, no rechaza la oferta. En el
nuevo hogar, de alguna forma se crea cierta complicidad entre el señor de la
casa y ella. Con ello, se desarrolla en su interior una fascinación irracional
que no acaba de entender ella misma por el hombre al que sirve. Igual que en el
relato anterior, experimenta un sentimiento muy fuerte que la cambia por
completo y la lleva a implicarse en asuntos en los que antes ni se habría percatado.
Las dos historias me han gustado mucho. La
primera es la fase de enamoramiento exageradamente prolongada. Es muy bonita y
triste a la vez y algo frustrante. Cualquiera que se haya enamorado puede verse
reflejado en algunos de los momentos vergonzosos que describe. Y si no eres de
esos, el ridículo ajeno resulta entretenido o al menos curioso. La segunda, he
de decir que me ha gustado más porque quizá la otra es más simple y predecible.
Al principio esta me ha parecido incluso divertida y luego se ha vuelto más
interesante. Desde luego es más dinámica y sorprendente. El desarrollo de la
protagonista es diferente, más profundo, chocante y preocupante.
Margarita Rodríguez Zaragoza (2021)
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