Cooper
retoma la trama iniciada con La biblioteca de los muertos, que, junto
con El fin de los escribas, constituirá la trilogía protagonizada por el
exagente del FBI Will Piper.
La
biblioteca de los muertos, con setecientos mil ejemplares, fue trasladada por
los americanos a una zona secreta del desierto de Nevada, construida en una
cámara subterránea, en cuyo proyecto se implicó personalmente el propio Truman,
denominada Área 51. Sólo faltaba el libro perdido, “el libro de las almas”. El
libro de almas contiene el gran secreto sobre la vida, la muerte y el destino
de la humanidad.
El
gobierno de EEUU y la CIA utilizan los datos que extraen de la biblioteca para conocer
una catástrofe (ej. miles de muertos un mismo día) y actuar según sus propios intereses.
Los monjes de la abadía de Vectis se suicidaron tras escribir este libro. En
él, revelaban la fecha del fin del mundo: el 9 de febrero 2027.
Un
excéntrico anciano millonario, fundador del “Club 2027” y antiguo agente del
Área 51, diez días antes de morir y diecisiete años antes de la fatídica fecha,
contrata a Piper para que puje por el libro que va a ser subastado en una
prestigiosa casa de subastas de Londres.
Es
un libro extraño con miles de nombres junto a una fecha y una inscripción en
latín: natus (nacido), mors (muerto). Como sabemos por La biblioteca de los
muertos, Will Piper hizo una copia de la base de datos de la Biblioteca,
para blindar su seguridad y la de su familia. Por eso, sabe que es un FDR,
fuera de registro, que significa que morirá con posterioridad a la fecha señalada
por los escribas.
En
la casa de subasta desconocen el valor del libro y su significado, pero el
gobierno de los EE. UU. sabe perfectamente que se trata del libro perdido de la
biblioteca de los muertos. Piper consigue hacerse con el libro, tras la
desorbitada puja realizada por el millonario; y a partir de aquí se desata una
lucha frenética entre Piper y sus antiguos compañeros del FBI que quieren
apoderarse del libro y atentan en varias ocasiones contra la vida del exagente.
Perdido
durante siglos, el autor nos relata a través de las pistas encontradas por
Piper, la influencia de este libro en personajes como Calvino, Shakespeare o
Nostradamus.
A
lo largo del libro, los personajes reflexionan sobre la trascendencia de su información,
la posible predestinación de la humanidad e incluso, sobre la existencia de
Dios. Piper opta finalmente hacer público el contenido del libro, entregando
una copia de la base de datos al Post, al considerar que esa información debe
ser conocida por toda la humanidad.
El
libro resulta entretenido, sin llegar a la altura de La biblioteca de los
muertos, en cuanto a originalidad y misterio. Es una buena novela
policiaca, amena, donde la figura de Will Piper adquiere un protagonismo
indiscutible, unas veces héroe, otras maleducado y grosero y mujeriego, pero de
la que terminas encariñándote.
Carlos Candela (2022)