Josef:
1939.
La conocida Alemania nazi. La familia de Josef, la cual era judía, ya tenía
amenazas anteriores de los nazis, que amenazaban con meter al Padre de Josef en
uno de los campos de concentración. Dadas las amenazas, cambiaron de ciudad
para huir de los nazis que querían capturarlo. Pero no sirvió de mucho, ya que
los encontraron y se llevaron a su padre, el cual pasó seis meses en un campo
de concentración llamado Dachau. Pasados esos seis meses, recibieron un
telegrama de su padre el cual decía que lo habían liberado, pero debían
abandonar el país en un plazo de catorce días. Rápidamente su madre compro unos
billetes para embarcar en el St. Louis, un barco para llevar únicamente a
judíos que desembarcaría en Cuba, donde prometían acoger a refugiados judíos.
Al reencontrarse con su padre, se dieron cuenta de que no era el mismo de
siempre. El campo de concentración había hecho que su padre se volviera loco
completamente, creía que todo el tiempo iban a ir a capturarlo de nuevo. Aunque
el estado de su padre no era el mejor, el viaje en el St. Louis fue muy
agradable, ya que por primera vez desde hacía mucho tiempo los trataban como
personas normales. Pero los problemas aparecieron de nuevo cuando llegaron a
Cuba, ya que no les dejaron entrar, y siempre les ponían la misma excusa, les
decían que mañana entrarían. Su padre, en un estado de locura absoluta, se
intentó suicidar tirándose por la borda del barco, pero rápidamente una barca
de la policía que rondaba cerca consiguió rescatarlo a tiempo e ingresarlo en
el hospital. Pero el St. Louis, pocos días después de esto, daba media vuelta y
ponía rumbo a Europa de nuevo, sin el padre de Josef. Pero esta vez no a
Alemania, si no que a cuatro países europeos que habían abierto sus puertas a
los refugiados judíos. Estos eran Bélgica, Holanda, Francia e Inglaterra. Y a
la familia de Josef le tocó como destino Francia. Consiguieron hacer una vida
normal al fin, pero duró poco tiempo, ya que ocho meses después, Alemania
invadió Francia, lo cual obligó a su familia a huir de nuevo. Cuando los nazis
los pillaron, le ofrecieron a la madre de Josef la libertad de uno de sus
hijos, Josef no dudó, quería que su hermana Ruthie fuera libre, muriendo así,
tanto él como su madre en un campo de concentración. En cuanto a su padre,
murió en Cuba antes de que Ruthie pudiera ir a buscarlo.
Isabel:
1994.
Cuba se ve envuelta en una serie de disturbios en el Malecón provocados por los
hambrientos ciudadanos, a causa de la reciente caída de la Unión Soviética y
del embargo estadounidense sobre el comercio de Cuba. En dichos disturbios, se
vio involucrado el padre de Isabel, al cual amenazaron con meter a la cárcel.
El presidente de aquella Cuba, Fidel Castro, dijo que los que quisieran
abandonar la isla podrían hacerlo sin que se les castigará como habitualmente
se hacía, que era con pena de cárcel por querer huir. El destino al que
deseaban llegar era Estados Unidos, ya que acogía refugiados de Cuba. Fue
entonces cuando Isabel consiguió unir a la familia de su mejor amigo, Iván, con
la suya para huir juntos de Cuba, ya que ellos llevaban planeando meses huir a
escondidas y ahora que era legal no podían perder la ocasión. Y así fue como
las familias vecinas se embarcaron en una aventura que les traería muchos
problemas, que van desde casi perder la barca debido a que un barco petrolero
casi acaba con ellos, pasando por el sacrificio de su abuelo para que ellos
pudieran llegar a la costa, y llegando hasta la muerte de Iván. Pero finalmente
logran llegar a Miami, y poder ser de una vez por todas libres del sistema
político nefasto de su país natal.
Mahmoud:
2015.
A Mahmoud le gustaba ser invisible, ya que en su país, Siria, era lo mejor que
podía hacer para evitar que los matones se metieran con él. Hacía poco tiempo
que salieron de una guerra, la cual cambió a Mahmoud y a su hermano pequeño
Waleed de manera radical. Pero esa guerra que daban por terminada, no lo
estaba. Una tarde, mientras Mahmoud y su hermano hacían sus rezos diarios, un
misil chocó contra el edificio donde vivía junto a su familia. Afortunadamente,
ninguno de los miembros de su familia que estaban en aquel momento en la casa
resultó herido. Consiguieron salir del edificio el cual se derrumbaba por
momentos, y abajo, con una angustia notoria, estaba su padre, que había salido
del trabajo lo más rápido posible para buscarlos. En ese momento, empezaba la
aventura de Mahmoud, sus hermanos Waleed y Hana, y sus padres, hacia Alemania,
la cual acogía refugiados sirios en ese momento. La ruta que iban a seguir
pasaba por Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Austria antes de llegar a su
destino final. Su viaje se vio lleno de adversidades, engaños y traiciones,
angustias y sobre todo pena, ya que se vieron obligados a dar a la pequeña de
la familia, Hana, a una patera que iba camino a Grecia, para asegurarse de que
al menos la pequeña llegaba a salvo. Tuvieron que pasar por prisión varias
veces, pero en una de ellas, un grupo de hombres y mujeres pertenecientes a las
Naciones Unidas, iban a documentar las condiciones de vida de los refugiados y
de lo mucho que estaban sufriendo. Ahí fue cuando al fin consiguieron salir de
aquel infierno y llegar por fin a Alemania. Allí la gente los acogió con los
brazos abiertos, como si fueran parte de su propio país. Por fin, después de
tanto tiempo luchando por llegar, lo consiguieron. Los acogieron en una pequeña
casa en Berlín, la capital alemana. Era una pareja de ancianos, los cuales,
desde el primer momento, trataron a Mahmoud y a su familia como uno más.
Lo
más impactante es que las tres historias están relacionadas entre sí. El abuelo
de Isabel era uno de los policías cubanos que denegaron la entrada a Cuba de
los judíos que iban en el St. Louis. Y sería Ruthie, la hermana pequeña de
Josef, la que muchos años después acogería a la familia de Mahmoud en su casa.
Me
ha parecido un libro muy bueno, en todo momento me ha tenido enganchada. El
suspense que envuelve al libro en cada una de sus páginas es sencillamente
excelente. Me parece que plasma muy bien cómo fueron las vidas de los tres
personajes porque son historias reales, pero con personajes ficticios. Me ha
dado una visión mucho más amplia del sufrimiento de todas las personas que
pasan por situaciones similares, y a darme cuenta de que estas cosas pasan de
verdad, aunque no seamos conscientes.
Sandra
García Martínez (2022)