Esta
historia nos cuenta cómo el príncipe Agnok va en busca de una centella, con la
que puede salvar su reino, amenazado por culpa de un hechizo de un brujo
llamado Shinek, quien hizo que creciera una planta que destruiría todo el reino
de Adón. Cada vez que le cortabas una extremidad esta se recuperaba.
La
historia comienza con Agnok y Shinek peleando. Agnok iba ganando hasta que
Shinek le tira una especie de polvos blancos a los ojos y en ese instante
Shinek escapa del lugar. Agnok en ese mismo instante va con su caballo Salif
para ir en busca de una centella que puede salvar a su reino de la catástrofe.
Recorrió un desierto en donde se veían bastantes esqueletos de animales durante
todo ese camino, hasta que llegó a una especie de ciudad que estaba totalmente
destruida. Agnok siguió hasta salir de ese sitio y junto a una piedra descansó
junto a su caballo, pero este no podía dormir ya que se sentía mal por dejar a
su pueblo hasta que él regresara.
Nada más
amanecer siguió con su camino hasta que llegó a la entrada de una cueva. Agnok
antes de entrar mandó a su caballo que fuese de vuelta al reino. Agnok al
entrar a la cueva encontró un altar en el cual puso una piedra de color verde
en el centro de esta y al activarse una fuerte luz le dejó inconsciente. Al
despertarse se encontraba en otro lugar, estaba en un valle lleno de flores y
al frente había una cabaña. En ella vivía un anciano que le preguntó por qué
estaba ahí. Agnok le contó todo lo que había pasado y que sabía que en ese
lugar se encontraba la centella. El anciano aceptó ayudar al joven y llevarlo
en donde se encontraba la centella.
Al llegar
estos bajaron por unas escaleras hasta ver una luz…
En mi
opinión el libro no está mal. La historia es entretenida, pero me pareció que
el libro no es tan largo como pensaba. En el resumen parece que es bastante
largo, pero no lo es. Si no sabes qué leer, este libro está bien.
Ryan Freire (2021)
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