Cuenta la
historia de Junie B. Jones (una de muchas). Practicando para el partido de
fútbol que iban a tener, Junie B. practica en el jardín de su casa y le pega
una patada a la regadera de su madre, que por desgracia estaba llena; y se
lesionó. Al día siguiente pensaba que no era nada pero cuando se despertó el
solo roce de la sábana con el dedo de su pie le dolía mucho y no pudo ni
ponerse el calcetín.
A una semana
del partido que tanto quería jugar se lesiona y le dicen que no va a poder
jugar y su tutor le pregunta qué otra cosa querría hacer, pero no se le ocurre
nada hasta que llega a su casa y se lo dice a sus padres; y su padre le enseña
a hacer "malabares". Intenta a aprender malabares mientras que otro
de sus compañeros se prepara para hacer un desfile con ella.
Llegado el
día, Nando (su compañero del desfile) se pone nervioso y huye y Junie B. se
queda sola. Después de ser abucheada coge el instrumento que iba a tocar Nando
y se pone a desfilar sola; y cuando llega al micrófono canta y luego hace los
malabares, que la noche anterior aún no le salían y tenía miedo de hacerlos. Pero
sorprendentemente incluso para ella le salen bien.
Junie B.
tenía lo que quería: ser la estrella del día. Pero lo es por algo distinto a su
objetivo.
El libro ha
sido divertido, tiene sus momentos cómicos y las palabras inventadas por ella
son de lo mejor. La parte que más me gusta es cuando se pone a escribir en el
diario y termina siempre con la misma frase: "Hala, ya está". Y que
corrija las faltas en el diario como si lo escribiese ella. Es un libro para
pasar un buen rato.
Lidia Romero Alcolea (3º ESO B. 2013)
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