La vida de Cassandra, una chica de catorce
años, con apariencias normales y muy delgada (según ella), cambia cuando sus
padres mueren y su madrastra la manda a un internado. Su vida ahí no es que sea
del todo agradable. Un día recibe una herencia que le deja su tía abuela. Según
la gente que la rodeaba no era muy agradable con los demás y Cassandra era su
único familiar. Esta herencia se componía de una lámpara roja y un cuadro de
una casa de jengibre. No era gran cosa según ella, pero no sabía las cosas que
no podía haber hecho si no hubiera tenido la herencia de su tía. Un día va al
aula de plástica, y se la encuentra toda patas arriba. Gracias a eso la
directora del internado la manda a una habitación aislada, donde conoce a un
pequeño animalillo y a un chico misterioso con la cara llena de cicatrices, los
ojos muy claros y el pelo azul. Este chico misterioso con pintas estrafalarias
la salva de unas mujeres con poderes mágicos que entran en su habitación. Este
coge la herencia de la tía de Cassandra y abre una especie de puerta que
conduce a un lugar mágico con una casa de jengibre como la del cuadro, al lado
del paisaje. El chico la hizo entrar mientras que este se quedó en la
habitación. Cassandra no sabía lo que estaba ocurriendo, ni qué era ese lugar,
pero gracias a ello conoce a unas personas, bueno, personas no sería la palabra
adecuada: eran un escarabajo, un bastón un poco descontrolado y un esqueleto.
En ese lugar Cassandra vive muchas experiencias y aventuras, y se entera de la
verdadera identidad de su tía, del animalillo y el chico misterioso de las
cicatrices en la cara y ayuda a salvar la ciudad de MuchasAguas, donde viven
hechiceras, magos, campesinos… Es una historia de fantasía muy divertida que te
engancha desde el primer momento en el que la lees.
Mª Jesús Vicente Pujante (1º ESO A. 2013)
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