Cuenta la historia de una niña llamada Mina. Tenía un amigo llamado Leandro que cuando se peleaban tardaban en reconciliarse. Un día, Mina se levantó por la noche y escuchó a sus padres hablar de que se iban a un lugar bastante lejano. Al día siguiente su padre habló con ella y le preguntó qué le parecía irse a otro país; y ella, inquieta, le hizo preguntas... Entonces su padre le contó que él se iría primero y que luego irían ellos, porque necesitaba encontrar trabajo y una casa. Y que les mandaría una carta de cómo es y cómo le va allí.
Le contó a Leandro lo que pasaba, y luego a su abuelo. Su padre finalmente se fue y Mina gritando le dijo que escribiera pronto.
Y por fin, a la semana, llegó la esperada carta. En el colegio Mina contó lo que ponía en la carta, pero Leandro gritó que su padre no volvería, que las había dejado, que estaba con otra. Mina, enfadada, se lanzó y pegó a Leandro. Por suerte, su abuelo ayudó a tranquilizarla y sabían que habría que arreglar las cosas con Leandro. Su madre trabaja con una máquina de coser para que su padre no tenga que mandar tanto dinero. Mina leyó todas las cartas que les había mandado; después, en el patio del colegio, Leandro y Mina hacen las paces y poco después se despide de Leandro y de su abuelo, que soltó a los pájaros que tenía en su patio. Y llegó el día en el que fue al aeropuerto y se encontró con su padre.
Éste es uno de los libros que más me gustan, porque me parece lo bastante emotivo como para hacerte pensar en algo. Lo que más me gustó fue el final y un poco el principio.
Lidia Romero Alcolea (1º ESO B. 2011)
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