El
libro comienza en Machu Picchu donde Nico y Marga han ido de viaje para ver una
parte del mundo y conocer esa cultura. Ya, en una montaña, a más de 4.000
metros de altura Nico y Marga deciden tomar un descanso pues aún tenían tiempo
de sobra para ver el amanecer desde una de las montañas más altas y con las
mejores vistas de todo Machu Picchu, cuando de repente se les acerca un señor
mayor con pinta de guía, el cual les invita a sentarse con los demás viajeros y
tomar algo caliente pues a esa altura hacía frío. Hablando con el hombre
descubrieron que era un Inca, sin embargo, no lucía como uno, pero llevaba
tantos años residiendo allí, ayudando a los turistas, que lo nombraron “El Inca
Fred”. Esto supuso una gran ilusión para los jóvenes pues estaban cerca de un
mito viviente, tras un rato de descanso el Inca Fred los llevó hacia la cima de
la montaña, y allí, todos juntos contemplaron el amanecer, el viaje realmente
había merecido la pena. Tras esto decidieron regresar al anticuario, donde residía
el amigo del padre de Nico y donde se alojaban, el viaje de regreso iba a ser
en bus, sin embargo, cuando llegaron a la estación estaba llena de gente y
apenas quedaba sitio, cuando de repente oyeron una voz “Subid aquí” era el Inca
Fred, el cual les había reservado un sitio a cada uno en un bus exclusivo para
turistas. Cuando por fin se sentaron decidieron echar una cabezadita, pero al
cabo de un buen rato empezaron a escuchar gritos de asombro, y al abrir los
ojos vieron a un niño pequeño el cual salía del bus y empezaba a correr al lado
de este, parecía casi irreal, tras realizar su increíble espectáculo varias
veces el Inca Fred les explico que era un niño que se dedicaba a sacar unas
pocas monedas haciendo espectáculos a los turistas y echándose fotos con él,
pues parecía un verdadero Inca. Una vez terminado el viaje en bus les sobraba
tiempo hasta subir al tren, así que decidieron hablar con el joven, el cual se
esfumó rápidamente obligando a nuestros protagonistas a buscarle, encontrándolo
en su casa donde entregaba todo el dinero recaudado a su madre, cuando el chico
vio a los dos jóvenes habló con ellos y ellos le interrogaron a preguntas
descubriendo que se llamaba Eric el Modesto y que además el chico iba a colarse
en el mismo tren que ellos para conseguir trabajo en las minas, cuando
escucharon la historia del chico quedaron horrorizados y le preguntaron por qué
querría hacer algo así, el chico que sonaba como un adulto solo se excusaba en
que no tenía otra opción debido a la pobreza. Cuando fue la hora de irse al
tren los chicos decidieron buscarle cuando subiese al tren y así lo hicieron
una vez en el tren lo buscaron hasta encontrarlo en la parte trasera del tren
donde había sobornado a los empleados para colarse junto a más chicos con su mismo
“sueño”. Cara a cara decidieron convencer al chico para que no fuese a las
minas pues lo esclavizarían y el gas de las minas acabaría con su vida muy
joven, pero el chico no daba su brazo a torcer, así pues, le propusieron un
trato, quedarse a dormir con ellos al menos una noche y así se lo pensaría, al
ver el empeño de sus nuevos amigos españoles decidió aceptar, pero se iría por
la mañana. Al llegar al anticuario este se percató del nuevo amigo de sus
huéspedes, más no le molestó en absoluto, y rápidamente averiguó que era un
“minerito” ,los mineros eran chicos jóvenes que viajaban a las minas por
trabajo por un salario mínimo y donde se llenarían de deudas que pagarían poco
a poco todos ellos influenciados por unos fetiches incas míticos, de los cuales
casualmente el anticuario tenía uno, o al menos una copia muy buena, a la cual
el niño temía irracionalmente, intentaron hacerle entender al joven que no
sería bueno para él, mas no cambiaba de parecer, así pues no había de forma de
cambiar su destino. Ya por la noche y tras cenar todos juntos el Anticuario le
confesó a Nico donde guardaba el Fetiche de oro, y tras esto se fue a dormir, a
la mañana siguiente se percataron de que Eric el modesto se había largado sin
despedirse siquiera, esto enfado de sobremanera a los dos jóvenes los cuales
decidieron ir en su busca, pero el anticuario les avisó de que a donde iban era
a la boca del lobo, pues las personas que traficaban con las personas como Eric
el modesto eran mafiosos, y les pidió que fueran discretos. Cuando por fin lo
encontraron se percataron de que los mafiosos desaparecieron al instante
haciendo la vida imposible para Eric el modesto, el cual debía de hablar con
los mafiosos, pero no podía si Nico y Marga estaban delante. Eric el Modesto
sabía que sus amigos se irían en un par de horas para coger el avión que les
llevaba de vuelta a España, así pues el chico accedió a ir con los chicos, los
cuales le aseguraron que el anticuario le conseguiría un destino mejor. Cuando
regresaron al anticuario se percataron de que había mucha gente alrededor del
anticuario, el cual estaba inconsciente y sangrando pues los de la mafia habían
intentado robar el fetiche el cual no consiguieron robar, pues estaba bien
guardado. Al ver la escena Nico fue corriendo a coger el fetiche para que nadie
lo robase, y cuando regreso con Marga y Eric, este se dio a la fuga otra vez y
nuestros protagonistas fueron en su búsqueda encontrándose con los mafiosos de
boca y siendo raptados pues eran testigos de lo ocurrido, estos fueron obligados
a ir con los mineritos a un viaje inhumano. Cuando llegaron a su destino, tras
varias horas de viaje Eric el modesto les ayudó a escapar lanzando unas piedras
a la furgoneta para distraer a los mafiosos y que Nico y Marga escapasen, más
todo fue en vano pues los Mafiosos tenían la ventaja ya que sus cuerpos estaban
acostumbrados a estar a tanta altitud, a diferencia del cuerpo de Nico y el de
Marga. Por suerte no les hicieron daño, sino que simplemente les ataron a unas
vigas, hasta que fuese la hora de llevarlos a puerto, donde serían trasladados
fuera del país donde nadie les ayudaría. Y así sucedió, los subieron a un barco
repleto de futuros mineritos incluido Eric el modesto. Ya no había solución o
eso pensaban cuando de repente Nico recordó que llevaba consigo el fetiche
dorado, cualquiera que lo viese temería su poder y así fue como Eric aun con
todo el miedo lo cogió y lo uso para hacer que los mafiosos que estaban en el
barco se comportase como niño pequeños atemorizados por el poder del fetiche,
justo en ese instante Eric el modesto entendió que él era dueño de su destino y
no quería ir a la mina, tras un discurso sobre elegir su futuro él y todos los
mineritos hicieron una revolución consiguiendo que el barco parase en una isla
y pidiendo ayuda a la policía, consiguiendo que la embajada española
interviniera en el intento de raptar a dos españoles y consiguiendo así un
final feliz para gente como Eric el modesto.
Es
un libro un tanto raro, pues intenta ser simplemente una historieta, pero acaba
siendo una moraleja sobre que somos dueños de nuestro destino. Aunque el mayor
problema reside en que Eric el modesto, como personaje, no evoluciona, su
cambio de mentalidad es en un instante y todo se desenvuelve de manera forzosa
y desesperada, además de sus intentos de huida constantes, pero el resto, tanto
su inicio como su enlace son geniales.
Pablo
Gallego (2022)