Un niño
llamado Greg Helley una mañana propone junto a su amigo Rowly realizar un
mercadillo de comida de alitas de pollo ya que han sido estafados por los
originales vendedores. Al no conseguir su objetivo de que se haga promoción por
todos los sitios, ellos recurren a la idea de pegar carteles en las paredes de
su escuela, pero no contaban con que la lluvia llegaría en ese momento, por lo
que hizo que los carteles se pegaran y derramaran su color. De inmediato acudió
un señor y les gritó desde la distancia. Ellos paralizados de terror no
tuvieron más remedio que salir corriendo.
A la
mañana siguiente habían puesto un anuncio en el periódico sobre unos gamberros
que habían pintado las paredes del instituto. Antes de que los dos se dieran
cuenta la policía estaba en la puerta de Greg. Greg, alarmado por el pánico, no
abrió la puerta y le dijo a la madre que fue una equivocación de los vecinos. Pasaron
dos días y Greg seguía con el temor de que volvieran a aparecer aquellos
policías. Para su beneficio anunciaron en las noticias que una gran tormenta de
nieve iba a impedir que los estudiantes regresaran al instituto. Greg, aliviado,
llamó a su amigo Rowly para informarle de lo que estaba sucediendo, pero para
su mala suerte la casa se quedó sin luz. Aquellos días su familia y Greg
vivieron varias aventuras y conflictos entre ellos. Después de una semana la
nieve al dejar de caer con tanta fuerza provocó que poco a poco las calles se
fueran despejando, pero para Greg eran malas noticias ya que tendría que
realizar un plan para que no fuera la policía. Raramente la luz había regresado
en todas las casas, pero en la de ellos no, cayeron en la cuenta de la gran
torpeza que habían hecho ya que la luz estaba apagada del interruptor y solo en
la habitación del hermano pequeño de Greg estaba prendida.
A la mañana siguiente los agentes de policía vinieron a la casa de Greg y su hermano mayor abrió. A Greg, atemorizado y con ganas de saltar por la ventana, los agentes le comunicaron que se encontraban ahí ni más ni menos que por la recogida de juguetes para los necesitados. Su cara de alivio apareció lentamente. No podía creer que la persona que los vio no hubiera dicho nada sobre lo que hicieron. Después de olvidar lo sucedido llegó la navidad y todos felices fueron a la iglesia a cantar y Greg prometió no volver a hacer nada malo o eso espera.
En mi
opinión este libro es uno de los más divertidos de todos los que ha sacado
hasta ahora. Lo recomiendo para una tarde que estés aburrida, ya que no podrás
parar de leerlo. Lo único malo es que es muy corto, pero hasta podría decir que
se ha convertido en mi libro favorito del Diario de Greg.
Victoria Adonay Mena Andrade (2021)