Esta es la historia de Mozart, pero no la del gran Wolfgang
Amadeus Mozart (y aunque no reconozcas su nombre su música la has oído durante
toda la vida), sino la de su hermana, que encontró un reino para no ser
olvidada. Nannerl desde muy joven ha demostrado un gran talento para el clavecín
y un día descubre que su hermano menor ha nacido con el mismo don que ella.
Esa misma noche sueña con un reino donde los árboles tienen
las raíces al cielo y las hojas en el suelo, donde las playas son de arena blanca
y allí se encuentra un príncipe. Según pasan las estaciones los dos hermanos
mejoran sin parar, pero Nannerl sabe que cuando vaya creciendo menos increíble
será su música… y una noche es despertada ella y su hermano por un joven ladrón,
quien promete devolverle su cuaderno de música si lo encuentra al mediodía en
una tienda.
A la mañana siguiente, todo empieza a cambiar a su alrededor y
se encuentra en una gruta con un hermoso clavecín y toca con el joven Jacinto,
quien le devuelve su cuaderno y hacen una promesa: él le ayudará a no ser
olvidada y a cambio ella tendrá que superar una serie de pruebas para recuperar
el trono de Jacinto. Pocos días después, toda la familia Mozart se
va de gira por toda Europa empezando por Viena. Woferl demuestra su talento sin
despeinarse y cuando llega el turno de su hermana, Jacinto aparece y toca con
ella dejando a todo el mundo con la boca abierta. Y por la noche lleva a los
hermanos a superar la primera prueba: deberán adentrarse en la cueva submarina
de la Reina de la noche y robar una de sus flores; pero deberán ser más listos
que ella, pues una vez fue una bruja y sigue poseyendo magia.
Superada la primera los hermanos vuelven al mundo normal, pero
Woferl enferma de gravedad nada más volver y deciden detener la gira. Cuando
por fin se recupera, Nannerl decide hacer algo que para una joven del siglo
XVIII está prohibido: componer... Pero hacerlo la llena y decide
seguir haciéndolo a escondidas. Mientras su hermano estaba enfermo ella se
dedicó a contarle más sobre El Reino del Revés: donde acababa el bosque estaba
un gran castillo gobernado por un rey y una reina, que había dos hermanos; una
princesa y un príncipe, que un día la reina se llevó al príncipe y el rey
encerró a la princesa y nunca más se supo del príncipe...
Cuando por fin se recuperó, Woferl descubrió al instante el
secreto de su hermana y él nunca pudo entender el miedo de su hermana a ser
descubierta componiendo. Mientras Woferl estaba durmiendo al lado suyo, Nannerl
recibió la visita de Jacinto, quien había crecido y ya no parecía un niño. Su
segunda misión era quitarle una espada al odiado ogro que se la había robado al
rey, pero mientras realizaba la misión algo no le dejaba de cuadrar, porque
el otro no paraba de lamentarse: había algo que Jacinto no le estaba contando,
pero no se atrevió a preguntar y volvió a despertar en su mundo.
Durante una actuación, Nannerl conoció a un joven que nunca
olvidaría y en una visita a la ópera le pareció ver a Jacinto jugando a las
cartas con unos hombres. Llegada la noche, el príncipe volvió a llevarla al
reino para ganar la tercera prueba: una ballesta y una única flecha de oro… y
por primera vez el príncipe le dio un suave beso y volvía a estar en su
cama.
Las semanas pasaron y durante una visita a un castillo Woferl
se soltó de su mano y corrió escaleras arriba, pero mientras buscaba a su
hermano todo empezó a cambiar: se encontró en el castillo del rey y con
Jacinto pidiéndole que utilizara la ballesta para matar al monstruo del río,
pero ella se negó: había algo que no entendía y cuando por fin preguntó todo
había vuelto a la normalidad. Woferl y ella discutieron poniendo en
duda todo el mundo que ellos habían creado. Pasaron los meses y después de
superar la traición de su padre los hermanos por fin se habían reconciliado
pero la paz duró poco, pues cuando por fin Nannerl mató al monstruo del río y
liberó a la princesa Jacinto se abalanzó sobre ella y la mató.
Sin poder olvidar lo que había ocurrido Woferl contrajo la
viruela y solo podía ser salvado si ella lo llevaba al reino del revés y se lo
entregaba a Jacinto; pero ella sabía sus verdaderas intenciones y lo traicionó
liberando a la reina de la noche y destruyendo a Jacinto, salvando al reino del
revés y a su hermano. Pero ella había crecido y ya no había espacio para ella
ni en ese mundo ni en el de la música, aunque también había conseguido no ser
olvidada, por lo menos por su hermano.
Dios santo, este libro es increíble, no solo por lo que nos
cuenta (la historia de una mujer olvidada para todo el mundo) sino también
porque nos muestra lo machista que fue la música en el pasado. Sin duda una
obra maestra que nos hace pensar de otra forma en el gran compositor Mozart.
Lucía
Gadea Monreal (2021)