Tom
Builder es un pobre maestro de obras, con una familia formada por un
matrimonio, él y Agnes, y por dos niños, Alfred y Martha. En 1123 presenció un
ahorcamiento público de un inocente. Por esa época no era tan extraño, pues la
justicia no estaba muy desarrollada hablando en términos éticos. De repente, el
prisionero empezó a cantar una melodía en francés (la lengua de la nobleza
normanda). Una mujer embarazada empezó a cantar junto a él y después se alejó
maldiciendo a la multitud, pero sobre todo a las personas que condenaron a
muerte a ese hombre, que seguramente tenía relación con ella...
Tom
Builder tiene que cuidar de su familia después de ser despedido del único
trabajo que les mantenía, así que deciden emprender un duro camino de ciudad en
ciudad para buscar trabajo. Una noche, después de ser rechazado varias veces al
buscar trabajo, su mujer empezó a sufrir contracciones. El nuevo bebé estaba
llegando. En medio de una fría y solitaria cueva, iluminada por el fuego, no lo
suficientemente cálido, y las caras asustadas de sus niños, Tom Builder
consiguió traer al niño sano y salvo al mundo, pero su mujer, Agnes, no tuvo la
misma suerte. No sobrevivió.
Tom
Builder dejó al bebé en el bosque. No podía cuidarlo sin una madre para
alimentarlo, darle calor y amarlo como es debido, decía, pero después de andar
un tiempo decidió volver a por el bebé, que, al fin y al cabo, era su hijo, y
lo amaba. Al llegar, no encontró a nadie, solo la tumba de su esposa hecha por
él mismo media hora atrás. Dolido por su decisión de dejar a su bebé morir en
el bosque, siguió con su camino. Tenía que encontrar trabajo y alimentar a la
poca familia que le quedaba.
Ellen era
una proscrita que vivía en el bosque junto a su hijo Jack. Un día, Jack se
encontró un bebé cerca del lugar en el que cazaba patos para comer. Decidió
correr a decírselo a su madre. Cuando llegaron para ver de qué se trataba,
vieron a un monje recoger al bebé. Lo siguieron. El monje se lo llevó a la
celda de St-Jack-in-the-Forest, donde los eclesiásticos lo cuidarían y lo
tratarían como un regalo de Dios. Ellen y su hijo volvieron a su hogar, sin
darle mucha importancia, pues nada podrían hacer. Poco tiempo después, apareció
una familia buscando a un bebé. Ellen les habló de lo ocurrido y les dejó
quedarse a dormir. A la mañana siguiente fueron a la celda en busca del bebé
del padre de la familia, "Tom Builder", se llamaba. El niño estaba
bien cuidado y lo dejaron ahí, rodeado de inteligentes monjes que lo criarían
mucho mejor que él. Ellen y Tom se hicieron inseparables y se fueron, junto a
sus respectivos hijos, a buscar trabajo y casa en una ciudad. Se habían
enamorado y Tom le había pedido matrimonio.
Philip,
un monje de la celda de St-Jack-in-the-Forest, se sorprendió al ver a su
hermano, Francis, sosteniendo a un bebé mientras le daba leche de un paño
empapado con ella. Era muy ingenioso. Después de enterarse de lo ocurrido, se
puso de acuerdo con su hermano: ese niño era un regalo de Dios, y tendrían que
cuidar de él. Philip era una persona correcta y serena, además de muy buen
monje, que cumplía con todos sus votos y corregía a los jóvenes novicios. Al
morir el prior de Kingsbridge, la diócesis a la que pertenecía, se presentó a
las elecciones para ser el nuevo prior, impulsado por sus amigos que siempre le
habían apoyado, Milius Bursar y Cuthbert Whitehead. Después de demostrar varias
veces que era digno del puesto delante de los demás monjes, que eran los que
decidían quien sería el sucesor, consiguió ser prior de Kingsbridge. El
adversario contra el que luchó por conseguir ese puesto se sintió malhumorado y
juró venganza. Philip nunca lo hubiera hecho sin la gran ayuda de Waleran
Bigod.
Waleran
Bigod hizo un trato con Philip. Si este le ayuda a subir de rango, Waleran le
ayudaría a ser el nuevo prior. Y así fue. Waleran era un eclesiástico muy
astuto y que, pronto, se convertirían en alguien muy poderoso.
La
familia Hamleigh, formada por Percy, Regan y su hijo William, decidieron atacar
el castillo de Bartholomew, el conde de Shiring, pues su hija, Aliena, había
rechazado a William y lo había echado del condado. Aliena no se iba a casar con
un violento y mimado joven.
Los
Hamleigh habían perdido la dignidad y no podían aguantarlo.
¿Qué
pasará con el asedio? ¿Conseguirá Aliena escapar? ¿Encontrará Tom una catedral
para construir, su sueño más grande? ¿Es Waleran quien parece ser? ¿Será el
hijo de Tom bien cuidado?
Descubre
la respuesta a todas estas preguntas leyendo Los pilares de la Tierra. Un libro emocionante, inspirado en el
mundo de la Plena Edad Media en la Inglaterra del siglo XII, con una historia
que gira alrededor de estos personajes y del proyecto de una catedral de estilo
gótico, salpicada por varias desgracias creadas por sucesos inesperados,
traiciones y mucho más. Esta novela de ficción histórica de Ken Follet me ha
parecido impactante. Al ser tan larga me ha permitido disfrutarla más tiempo.
Se divide en 6 partes y el final de cada una es simplemente magnífico e intrigante.
Además, he adquirido muchos conocimientos sobre historia, arquitectura, arte y,
sobre todo, como pensaban y veían la vida las personas de esa época. Es un
libro en el que la religión predomina, pues en la Edad Media, era una fuerza
bastante poderosa, así que no podía faltar en la vida de los protagonistas,
pues es parte de ellos y de las decisiones que toman mayoría de los personajes.
David Stefan Scarlet (2º ESO A) (2020)