lunes, 28 de marzo de 2022

La fraternidad de Eihwaz

 


El prólogo de este libro me dejó totalmente desconcertada. Pasaban muchas cosas sin sentido. He de decir que me emocioné cuando mencionan por primera vez a Hack, porque pensé que se meterían en un mundo de fantasía. Luego resulta ser una mezcla de personajes con diferentes culturas y de diferentes tiempos. Aunque esto no es para decepcionante. Me ha gustado mucho el juego de saltos en el tiempo y los relatos del pasado. La trama de los romanos era divertida. Me atrae más la cultura griega porque los otros son demasiado estructurados, rígidos y con espíritu gobernador. Pero creo que el traductor y el sargento son de los mejores personajes de la historia.

Sinceramente, lo último que me esperaba era leer una historia envuelta en un secreto nazi. El tema de las Lebensborn es como mínimo perturbador. En general, la organización en sí es terrorífica. Sin embargo, los misterios me los veía venir por lo que ya sabía yo de antes y porque justo cuando lo empecé, me estaba viendo una serie llamada “El Internado” que trata precisamente de esto. Así que ambas cosas me han ayudado a entender mejor todo. Curiosamente, también me estaba leyendo el último libro de “Las pruebas de Apolo” en el que el emperador Nerón había adoptado niños semidioses para convertirlos en soldados de élite. Así que es muy gracioso que en ese momento todo estuviese relacionado.

Me parece que Abril, Dante y Óscar hacen un muy buen equipo, fuerte y equilibrado. Quizá demasiado temerario, pero bajo las circunstancias cualquier intervención iba a serlo. Por otra parte, veo innecesario que la chica y el chico tengan que acabar juntos y que encima cierren la historia así antes del epílogo. Se siente como la típico que ocurre por la conmoción posterior a un accidente trágico. También me habría gustado que involucraran más a Cris porque su intervención queda muy oportunista. Si hubiese sido más valiente, creo que habría aportado mucho a las conversaciones ya que parece carismático y divertido.

Hack tiene intervenciones cortas pero muy importantes y eso me encanta porque es adorable. El culto a la Diosa es estrambótico, pero tampoco se puede juzgar una cultura de hace casi cinco mil años. Me parece raro y perfecto que custodien el cuadro perdido.

En definitiva, he disfrutado mucho del libro. Ha superado por supuesto las bajas expectativas que tenía de él. Nunca había leído algo relacionado con la Segunda Guerra Mundial y ha sido interesante.

 

Margarita Rodríguez Zaragoza (2022)

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