martes, 15 de diciembre de 2020

La paciente silenciosa

 


Alicia Berenson, una joven pintora, aparece una noche con un arma en la mano y su marido, Gabriel, muerto tras cinco disparos en la cabeza. Alicia es acusada de asesinato, pero desde el proceso judicial no dice nada. La única forma de expresarse durante este tiempo es mediante su arte, en cuadro llamado Alcestis. Alicia es encerrada en la clínica The Grove.

Theo Faber, un joven psicoterapeuta con una trágica infancia y que atraviesa un mal momento en su matrimonio, persigue desde el principio el caso de Alicia, hasta que consigue trabajar en The Grove y tratar con ella. Theo quiere ayudarla a volver a hablar, pero para ello cree necesario investigar su pasado. De esta forma, conocemos todos los allegados de Alicia cuando asesinó a su marido, pero también la situación personal que sufre Theo al descubrir que su mujer le está siendo infiel.

En una de estas terapias, Alicia entrega a Theo un diario que narra su vida meses antes de que la muerte de Gabriel sucediera, pero este cuaderno estaba inacabado. Alicia comienza a hablar y poco tiempo después, entra en coma por una supuesta sobredosis.

Sin embargo, lo que no sabe Theo es que Alicia ha terminado su diario durante este período y que poco tiempo después, lo acusarán a él del asesinato que hizo hace 6 años a Gabriel, el amante de su mujer y marido de Alicia.

La paciente silenciosa está catalogada como un thriller psicológico, y no puedo estar más de acuerdo. La historia que narra Theo Faber va jugando con nuestra mente y nuestra confianza. La manera de contar los acontecimientos hace que esté alerta en todo momento, atenta a cualquier detalle para sacar mis propias conclusiones. Pero, como siempre me pasa, caigo en la trampa del autor. Esta vez ha sido debido a la cronología que la obra ofrece: la historia de Theo tiene un orden ascendente, desde su infancia hasta hoy en día; pero lo que cambia toda la historia es el giro que realiza y explica los hechos de hace 6 años.

Por otro lado, las páginas que son relatadas por Alicia (su diario), han producido un interés en mí por saber sus pensamientos antes, durante y después del crimen, como si yo fuera una terapeuta más y estuviera metida de lleno en la historia.

En general, mi lectura de esta obra ha sido muy fluida y sin dificultad, debido al sencillo lenguaje, los capítulos cortos y la necesidad de seguir leyendo que provoca el autor en cada una de sus palabras.

 

Lucía Tomás Lozano (2020)

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