De nuevo, ha llegado julio, y Harry sigue en casa de sus tíos en el
número 4 de Privet Drive, donde está viviendo desde que tiene 1 año y fue
rescatado de su casa tras el que parecía ser el último ataque de
El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado. Hubiera sido el último si dos meses atrás no
hubiera presenciado él mismo el regreso de este.
No
tuvo noticias del mundo mágico durante todo el verano, ni siquiera
correspondencia de sus amigos del colegio, por lo que se vio obligado a
rebuscar en la basura para intentar hallar algún que otro periódico e incluso
espiar a sus tíos ver las noticias. Realmente temía por el futuro de su mundo
favorito, pero más temió por su vida cuando aparecieron dos dementores de la
nada que atacaron a él y a su primo. Un patronus realizado por Harry los pudo
ahuyentar, pero su primo fue besado por uno de ellos, aunque no llegó a
matarlo. A causa de esto, tuvo una vista en el ministerio de magia por el uso
indebido de magia por menores de 18 años, se ganó la terrible discordia del
ministro de magia, Cornelius Fudge, y de su más repulsiva secuaz, Dolores
Umbridge, quien se instala en Hogwarts para hacer la vida imposible lo máximo
que le permitiesen sus fuerzas. Para colmo, tampoco hay señales de vida de
Hagrid en el gran banquete de inicio de curso… Todo demasiado extraño.
Todo
esto apunta a que este año será terrible en Hogwarts, pero… Harry tiene sueños,
sueños que harán que no sea del todo tediosa esta estancia en el colegio y que
lo obligarán a arriesgarse más que nunca por quien más quiere en este mundo.
¿Qué deparará la quinta entrega de la saga más famosa de J.K.Rowling?
Francisco José Casanova (1º Bachillerato E)
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