Geralt de Rivia
vuelve de nuevo, en la segunda entrega de la saga que lleva su nombre, con un
libro cuyo objetivo es, ahora sí, comenzar con la trama que va a desarrollarse
en los siguientes episodios.
El autor mantiene
la misma estructura que en la anterior ocasión, aunque con algunos cambios: en
lugar de ser historias cortas, intercaladas con capítulos situados en el
presente que sí mantienen la continuidad temporal entre sí, ahora las
narraciones son bastante más largas, y, a pesar de estar separadas unas de
otras, los hechos son consecutivos, y se puede seguir el hilo conductor.
Seguimos
conociendo al Brujo y a los personajes que le acompañan, pero yendo un punto
más allá. Las situaciones a las que se enfrentará el protagonista serán más
variadas, y más delicadas, quizá también más humanas, aunque resulte
paradójico.
En general, el
tema que rodea todo el relato es el del destino, en el que Geralt, que
evolucionará poco a poco, hasta que, finalmente, cambie de opinión, nunca ha
creído.
Si el primer
título nos servía de introducción al universo creado por Sapkowski, este
segundo sienta las seguras bases de la trama y supone su punto de partida.
Álvaro Parra López (1º Bach A) (2014)
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