Una profesora de
literatura, Ada Boyle, encuentra trabajo fuera de su ciudad y le dejan vivir en
una casa cerca del colegio. Detrás se sitúa una abadía abandonada, la cual le
crea muchas preguntas y por la que siente un gran interés. Unos niños de su
clase, los hermanos Fenton, también están interesados por la abadía y le hablan
a la profesora de ella. Sus antepasados investigaron y poseen un libro donde se
cuentan leyendas de un abad que nunca enseñaba la cara y que mandaba sobre
aquel pueblo, donde todo acabó en tragedia. Con un ritual, despiertan al abad
los hermanos y, para acabar con él y que no vuelva a ocurrir lo mismo que pasó
ya una vez, deben rociar una estaca de fresno con agua bendita y clavársela en
los ojos. Esta historia terminará con un final feliz pero siempre dejando como
sombra la duda de la total desaparición del abad.
Esta novela es
intrigante desde la primera página hasta la última. Te mantiene en un
constante suspense que hace que su
lectura se haga amena y adictiva. Un punto muy importante es la sorprendente
descripción que ofrece de los lugares, lo que la hace ser más misteriosa, hasta
el punto de lograr meterte en el papel y sentir miedo. Para mí, uno de los
mejores libros que he leído.
Patricia Díaz Clemente (2º Bach D( (2013)
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