Nulo vive en el páramo, la ciudad de Sombra, donde hay mucha pobreza y no conocen la belleza. Esta ciudad está gobernada por la gente que vive en el castillo y en él gobierna el Señor. Los habitantes de Sombra le temen, pero nunca lo han visto: sólo a sus guardias en el mercado, cuando llevan víveres al Señor. Pero son tan temidos porque cada vez que alguien se adentra en el castillo no vuelve a salir.
Un día de los que se hace mercadillo Nulo se ríe y se llevan a la mula de Miaja, pero ella intenta impedirlo y queda al descubierto su larga melena negra, como las que le gustan al Señor. Deciden entonces llevársela al castillo. Nulo le dice a su padre de ir a rescatarla, pero él no quiere que vaya y le cuenta la historia: su madre era una dama, se quedó embarazada y no se sabe qué fue de ella, pero a Nulo lo marcaron con la señal del castillo. Y si lo reconocen se lo quitarán para siempre.
Mientras, a Miaja la quieren convertir en una dama, pero tendrán que echar a otra dama y convertirla en mujer; y echar a una mujer y ésta se convertirá en sirvienta; y la sirvienta se irá al pozo negro, que es el sitio al que envían a los que nadie quiere. En el castillo también se fabrica polvo de extravío, que ayuda a olvidar. También hay una pasta que se fabrica a partir del polvo, que es peor.
Nulo y su padre deciden colarse diciendo que es el cumpleaños del Señor; y en el gran banquete hacen dudar a todos del poder del Señor y el castillo entero se revoluciona. Nulo consigue recuperar a Miaja y a su madre, que era una de las mujeres del castillo, que servían a las damas. Todos los habitantes del castillo vuelven a vivir desde entonces con los del páramo.
Este libro me ha gustado mucho, porque al ser de fantasía es diferente a los demás que he leído y está muy bien ambientado. El argumento es realmente bueno y sabe dejarte con la intriga.
Cristina Molina Ruiz (2º ESO B. 2011)
yo tambien lo adoro
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