Esta
historia comienza con el regreso de Alba a Varela, un pueblo pequeño y
tranquilo donde esta chica, vivió su primera historia de amor. El motivo del
regreso de Alba es su abuelo Pelayo, el antiguo farero del pueblo, éste tiene
alzheimer y está en una fase bastante avanzada donde apenas puede recordar nada
y la presencia de Alba puede hacerle vivir un mejor olvido. Alba no había
pensado que volver cinco años después al sitio donde sintió, sufrió y vivió
aquella historia, podría removerle todo. Y así fue, nada más pisar Varela, Alba
recordó aquello que jamás se perdonó, cómo traicionó a sus tres amigos de la
infancia por quererlo todo y no saber escoger a uno de ellos. Los días en el
pueblo pasaban, pero uno de ellos, al ver a Enol, uno de esos tres amigos a los
que traicionó, se dio cuenta de que lo que realmente no se perdonaba era
haberle fallado a él, al que verdaderamente la quería, al chico de las mareas,
al rarito del grupo, a aquel cuyos labios nunca llegó a rozar. Enol se
encargaba de llevarle la comida todos los días a Pelayo ya que vivía solo,
ahora lo hacía para ambos, el abuelo y la nieta. Entre Alba y Enol se siente
esa sensación de dejar un libro a medias, esa que te hace impulsarte a
acabarlo. Pelayo cada día da más señales de estar olvidando completamente todo
su pasado y por miedo a olvidar una historia de amor la cual siempre quiere
recordar, el abuelo, cada día escribe en un papel una frase que le recuerda a
ese pasado que nunca quiere olvidar. Alba a lo largo de la historia quiere
averiguar de quién estaba tan enamorado su abuelo para no querer olvidarlo
nunca, y quiere averiguarlo junto a Enol ya que tiene sospechas de que Pelayo
estuvo enamorado de la abuela del joven. A la vez que los dos jóvenes averiguan
ese amor del pasado entre sus abuelos, viven aquel que ellos nunca tuvieron, se
dan aquella oportunidad que Alba por egoísta perdió. A medida que avanza la
historia, esta historia de amor avanza, muy rápido, Enol y Alba están realmente
enamorados y no se quieren alejar el uno del otro, pero a Enol, no le parece
del todo bien hurgar en las historias del pasado de sus abuelos y eso le lleva
a varias discusiones con Alba. A pesar de todas las discusiones, siguen
investigando y encuentran que realmente el abuelo de Alba, Pelayo, no estuvo enamorado
de la abuela de Enol, sino de su abuelo, el cual jamás se atrevió a afrontar su
sexualidad debido a la época en la que vivían y por lo tanto le rompió el
corazón al joven farero. Al final de la historia Pelayo intuye que se acerca su
final en ese pueblo ya que su hija, la madre de Alba, lo quiere llevar a la
ciudad. Él prefiere suicidarse tirándose al mar, aquel que se llevó todo lo que
él sintió y que nunca pudo ser. Al igual que acabó la historia de Pelayo, acabó
la de Alba y Enol ya que ella se fue del pueblo al poco tiempo de la muerte de
su abuelo. Cinco años después se vuelven a reencontrar los jóvenes y ambos han
cambiado mucho, pero los sentimientos jamás lo hicieron.
Es
un libro increíble, desde el principio, la historia te atrapa y es imposible no
seguir leyendo. Hay momentos en los que el libro es bastante triste y te hace
sentir esa nostalgia que los propios personajes sienten. A medida que avanzaba
en la historia me planteaba cómo actuaría yo en caso de estar en la piel de los
protagonistas y por lo tanto creo que me ha ayudado a conocerme, a saber cómo
reaccionaría ante ciertos problemas que quizás nunca me había planteado. He
leído este libro dos veces y seguramente lo haga una tercera, me ha sido
imposible no sentir nada aun sabiendo el final. Cuando Alba y Enol descubren
que realmente de quien está enamorado Pelayo es el abuelo de Enol se me dio la
vuelta a todos mis posibles finales ya que era lo último que me esperaba.
Un
libro muy recomendado para todo el mundo, aunque no te gusten las novelas
románticas, este libro conseguirá remover algo en tu interior.
David González López (2023)