Dolorosa
atracción es la segunda parte de Fingiendo amor. La primera parte de esta bilogía acaba cuando
Ellie y Lexie huyen de sus secuestradores, tras tres meses de cautiverio.
Hunter se va a España y ella sigue con su vida, o al menos eso intenta. Este
segundo libro comienza cinco años después. Ellie y Lexie viven con la hija de
esta última, Valentina, en un piso en Nueva York. Ellie trabaja como asistente
de la jefa de un periódico e intenta lidiar con los traumas que sufrió hace ya
unos años. Por otro lado, Hunter volvió con una amiga, Eva, a EE. UU y se hizo
policía en NY. Ellos se vuelven a encontrar, pero ella ya no quiere saber de
él, o eso dice. La vida de todos los personajes va avanzando, y se van curando
viejas heridas, y tratando antiguos conflictos. Aunque el gran trauma, que
ocasionó el secuestró no deja de perturbar la mente de la protagonista. Sobre
todo, si cierta persona sigue apareciendo en su vida. El final vuelve a
sorprendernos, y toma matices realmente perversos hasta llegar al punto final.
Como el
anterior libro, la parte central de la historia se mueve en unos ejes ya
conocidos, y aunque es su propia historia, no cuenta nada muy sorprendente. Sin
embargo, la aparición de cierto personaje sí que difiere bastante de lo normal,
dando toques siniestros y psicópatas a la novela. Hay un punto álgido, en el
que se descubre la existencia de este, y más importante, su identidad, pero
todo lleva a una trama de huida, secuestro y búsqueda. El final es esperado,
pero no por ello no deseado, es una historia diferente, dentro de los
prototipos que sigue, me ha gustado y muy ligera de leer.
Eva Meseguer Walker (2022)