Hace unas
noches, un niño acostado en una cama de hospital se despierta constantemente
con unos pitidos muy fuertes en la cabeza. Una chica con los brazos llenos de
pulseras se siente incapaz de ir a visitarlo y poder verlo allí hospitalizado,
con sondas y vendas. También otro chico con la ceja partida se siente incapaz,
ya que lo ha dejado tirado…
Todo
empezó en las primeras semanas de clase, cuando este niño había llegado nuevo
al instituto. Era un chico muy aplicado y muy inteligente. El día en el que tenían
un examen de Historia la distribución de la clase fue diferente y si no hubiera
cambiado nada de esto hubiera pasado. A mitad del examen, alguien llamó al niño
por detrás. Era un niño con nueve dedos y medio que le pedía su examen de forma
maleducada. El niño le dijo que no le daría el examen y el otro se quedó
totalmente sorprendido. Era el más guapo, alto y malote de la clase, y todos le
tenían miedo, pero él le dijo “No”.
El niño
es un chico débil y los demás se aprovechan de él: le tiran el bocadillo, le
vacían la mochila, le meten la cabeza en el váter y todo tipo de cosas. El niño
desea ser invisible para poder evadirse de ellas y no sufrir tanto. Todos los
días, después de clase, se va a un descampado y en una pared con tiza va
escribiendo los nombres de las personas que no ven lo que está pasando.
Este
libro lo descubrí gracias a mi madre: compraron unos ejemplares para su colegio
y todos los maestros y niños de 6º se lo han leído. Es un libro recomendado
para todos los adolescentes; y todo el mundo lo debería leer una vez en la
vida. Es un libro que te enseña diversas cosas y a ser mejor persona.
Paula Ros García (1º ESO A) (2020)