Leyendo este libro, nos
damos cuenta de que estamos frente a una novela en la que el amor es el
principal protagonista, y al que le sigue desde muy cerca la muerte.
Hay un triángulo amoroso
entre Fermina Daza, Florentino Ariza y el doctor Juvenal Urbino.
El libro comienza
haciéndonos partícipes de la historia de amor adolescente entre Fermina y
Florentino. Ella es una chica de clase media alta que vivía con su padre y su
tía Escolástica. La madre de Fermina falleció cuando ella aún era pequeña.
Florentino, en cambio,
era un joven solitario, tenía el aspecto de un enfermo, y era misterioso.
Además trabajaba como telegrafista y vivía con su madre, Tránsito.
Él se enamoró locamente
de ella y empezaron una relación epistolar de la que hicieron testigo a
Escolástica.
Cuando el padre de
Fermina, Lorenzo Daza, se enteró de este amor y de que Escolástica, su propia
hermana, había estado cubriendo a los jóvenes, éste la echó de su casa
rompiendo el corazón de Fermina, pues su tía era como su madre. Y no sólo eso,
sino que le dijo a su hija que se olvidase de Florentino, que era un muchacho
con un porvenir dudoso y sin una fortuna notable.
Lorenzo veía en su hija
la única forma de ascender socialmente, por eso quería casarla con un buen
hombre que le deparase un buen futuro.
Para conseguir que
Fermina olvidase a Florentino, se la llevó de viaje. Al regresar de éste,
efectivamente, Fermina se dio cuenta de que el amor y sentimientos que había
compartido con ese muchacho habían sido solamente una mera ilusión y se lo hizo
saber a Florentino partiéndole el corazón.
El cólera era una
enfermedad que amenazaba constantemente a la población y se llevó numerosas
vidas. Fermina cayó enferma y se pensó lo peor: que estuviese contagiada de
cólera.
Un buen médico recién
llegado de París, Juvenal Urbino, fue a tratarla y para tranquilidad de todos
comprobó que la enfermedad de Fermina no se trataba de cólera.
En esa visita médica,
Juvenal se fijó en Fermina, e intentó con el permiso de su padre cortejarla.
Lorenzo estaba orgulloso de que un hombre así quisiera la mano de su hija así
que intentó todo lo que estaba en su mano para lanzar a su hija a los brazos de
ese médico.
Finalmente, tras algún
tiempo, Fermina y Juvenal se casaron, tuvieron hijos y compartieron su vida
juntos.
Habían pasado ya
muchísimos años y Florentino estaba al tanto de la vida de Fermina, y todas
esas esas noticias le partían un poco más el corazón, pero no servían para que
el perdiera la esperanza de volver a reconquistar en un futuro al amor de su
vida, Fermina.
Mientras esperaba la
ocasión para volver a reiterarle su amor, él tuvo mas de 600 amantes, sin que
ninguna pudiera disminuir ni en una pizca sus sentimientos hacia Fermina. La
que se quedó con su virginidad fue Rosalba. Más adelante vinieron otras mujeres
como la viuda de Nazaret, y otras con las que mantuvo relaciones mas duraderas
como Olimpia Zuleta o Sara Noriega, otras llenas de ternura como la de América
Vicuña.
Finalmente, llegó el día
en el que Florentino vio la oportunidad de recuperar el amor de Fermina, y fue
en el velatorio del doctor Juvenal. El médico tuvo un accidente trivial
intentado rescatar a su loro de compañía.Para ello tuvo que subirse a una
escalera, en la que resbaló y cayó perdiendo la vida.
Cuando Florentino se
presentó allí y Fermina lo vio, su reacción fue la de echarle de su casa, muy
enfadada. Pero finalmente, fueron teniendo citas y pasando largos ratos juntos,
hasta que un día decidieron montar en un barco con la bandera del cólera alzada
para que éste no parase en ningún puerto. Así retomaron nuevamente su historia
de amor. Un amor que duraría para siempre.
Gloria Vicente Gil (2º Bach) (2015)