Mientras
Jack y Milo estaban jugando en el lago al lado de la casa de Jack, Milo sufrió
un accidente y la única manera en la que podría sobrevivir era que Jack le
convirtiera en vampiro, aunque no estaban seguros de si funcionaría. Una noche,
mientras Alice estaba durmiendo en la habitación de Jack, Milo la sorprende en
la habitación y mientras hablaban un poco distanciados, Alice pensó en Peter, y
cuando ella piensa en Peter se convierte en un delicioso manjar para los
vampiros. Milo se puso tenso y Alice se asustó, pero Jack llegó a la habitación
y le echó la bronca por estar ahí. Desde ese momento nada fue lo mismo. Milo ya
no podía seguir viviendo en su casa y el vínculo que había entre él y Jack,
hacía que Milo sintiera celos de Alice. Jack sentía que estaba poco tiempo con
ella, por el ajetreo de tener a un vampiro primerizo en casa, y por esa razón
decidió llevársela a un local clandestino de vampiros “V”. A Mae no le parecía
muy bien la idea, al contrario que a Jack y a Milo, pero Mae tenía razón. Unos
vampiros estuvieron a punto de atacar a Alice y la cosa se complicó.
Jack no pudo
resistirse más a Alice, así que la mordió y la puso en peligro, pues si Peter
se enteraba podía matarlos a los dos. Una noche los vampiros del “V” intentaron
atacar a Alice, cuando ella volvía de ver a Jane, pues ella se enteró de la
existencia de los vampiros. Pero antes de que pudieran matar a Alice, Peter
apareció y le salvó la vida. Todo se revolucionó aún más cuando Peter se enteró
de que Jack había mordido a Alice. Jack no lo soportaba más y decidió convertir
a Alice, dejándola con la intriga de cuando despertase uno de los dos, Jack o
Peter, moriría.
Me ha
gustado mucho el libro, y me lo he leído más rápido de lo que yo pensaba. Mi
parte favorita es cuando Jack muerde a Alice y sobre todo el final, pues te
deja con la intriga y hasta que no lees el tercero, Latido, no sabes quién morirá.
Mª Jesús Vicente Pujante (2º ESO A)(2014)