Los seis signos de la luz nos traslada a Inglaterra, donde
se encuentra la numerosa familia Stanton formada por Alice, Roger y sus nueve
hijos.
Con la llegada de la Navidad y,
por consiguiente, el undécimo cumpleaños de Will, el séptimo hijo, comienzan a
sucederse una serie de fenómenos extraños a los que solo el muchacho da
importancia. Pronto descubrirá que él pertenece a Los Ancestrales, un grupo de
seres que han luchado durante la eternidad para que la Luz y el bien reinen en
el planeta. Pero él es quien tiene la misión de cerrar el círculo aportando los
seis signos de madera, bronce, hierro, agua, fuego y piedra. Sólo así, el poder
de los Ancestrales será suficiente para estar a salvo de la oscuridad de las
Tinieblas, que luchan para que el frío, la incertidumbre y el Mal se apoderen
de todo.
Cuando Will es consciente de la
importante misión que le ha sido encomendada, ayudado por Merriman, líder de
los Ancestrales, y por otros tantos miembros del clan como George o el granjero
Dawson, comienza la búsqueda de los signos. A partir de ese instante Will
vivirá inmerso en dos mundos paralelos: su propia época y el mundo de los
Ancestrales y las Tinieblas, donde para su sorpresa hay muchas personas que
conoce de su vida real. Encontrar los signos resulta ser una tarea bastante
complicada, ya que en el mundo atemporal del Bien y del Mal nada es lo que
parece y las Tinieblas están ocultas para perjudicar y dificultar la tarea de
Will. En cambio su familia anda concentrada en el espíritu navideño, los
regalos y festejos, lo que en alguna ocasión supone un peligro inminente para
la propia búsqueda de los signos y para su propia seguridad. Cuando Will ya
alcanzado la madurez suficiente, su leal compañero Merriman, quien en la vida
real es Lyon, el mayordomo de la señorita Greythorne, le permite la lectura de
la gramática mistérica donde quedan recogidos todos los poderes y
conocimientos que debe adquirir un Ancestral. Además Will acude a un gran festejo
en un palacio presidido por Merriman y la Dama, una anciana que también lidera
al clan, donde se da a conocer al resto de los que, como él, están llamados a
salvar al mundo de la oscuridad. También conoce allí a Hawkin, un mortal y fiel
vasallo de Merriman, quien sin embargo, decepcionado por la actitud de éste en
cuento a su amistad y respeto, decide traicionarlo ante sus propios ojos
uniéndose a Maggie Barnes, perteneciente a las Tinieblas e intrusa en la
celebración.
Con Hawkin, quien resulta ser
finalmente el Caminante de los signos, de parte de las Tinieblas, el Bien
comienza a perder fuerza, y Will debe tomar duras decisiones, ya que un
fortísimo temporal de viento frío y nieve causado por las Tinieblas comienza a
azotar Inglaterra, amenazando con destruir todo lo que encuentra a su paso…
El libro me ha parecido bastante
entretenido y me ha gustado cómo la autora utiliza un lenguaje muy cuidado para
describir los paisajes, las emociones de los personajes y la actitud y el
propósito tan diferente entre los Ancestrales y las Tinieblas. El hecho de que
Will se desenvuelva constantemente en un mundo real y en otro mágico también es
un punto, en mi opinión, muy interesante del libro. Si tuviera que reseñar algo
que no me ha gustado, sería que en muchos casos se asimila a El señor de los
Anillos, y para los que ya conocen esta trilogía puede no resultar tan
interesante o novedosa.
Claudia García Cobarro (1º Bach) (2014)