Todo comienza cuando Carter y su padre van a hacer la habitual visita anual a Sadie. El padre de los niños los lleva a ambos al museo Británico donde por arte de magia y tras formular un conjuro haciendo estallar la Piedra Rosetta, aparece Set, el dios del caos, y se lleva a su padre. Más tarde, los niños descubren que lo que su padre pretendía era invocar a Osiris, el dios de los muertos, para intentar resucitar a su madre, pero no convoca solo a Osiris, sino que con él despiertan sus cuatro hermanos: Isis, Horus, Set y Neftis.
Desde ese momento, Carter y Sadie emprenden una búsqueda a contrarreloj en la que descubren sus verdaderos orígenes. Ambos llevan sangre de faraones, descendientes de los mismísimos dioses de Egipto, y tienen como deber desarrollar sus poderes con la ayuda de Isis y Horus para establecer la calma entre el mundo de los mortales y de los dioses y derrotar a Set, el malvado dios que tiene secuestrado a su padre y que pretende construir una enorme pirámide roja donde albergar todo el poder de los dioses para conquistar el mundo. Por el camino conocen a Zia, otra enviada de los dioses, que les ayudará con su poder e ingenio a conseguir sus objetivos.
También se enfrentarán a monstruosas criaturas egipcias y entrarán en el Mundo de lo Muertos, en el que tendrán que superar varias pruebas si quieren que Anubis les entregue la pluma de la verdad, necesaria para completar su objetivo. Sadie y Carter descubren que aunque han pasado la mayor parte de su vida separados, solo juntos podrán derrotar a Set y así salvar a su padre y al mundo.
Este libro me ha encantado. Es de los mejores que he leído. La trama está muy bien redactada y el argumento es muy interesante. Además, con este libro se aprenden muchas leyendas y curiosidades del antiguo Egipto. Es uno de esos libros que no puedes parar de leer. Es fantástico.